El Banco Nacional Suizo se desprende de Chevron y Shell por incumplimientos normativos, con la mirada en Vaca Muerta
Esta acción resuena particularmente en Argentina, donde Chevron mantiene una presencia controvertida en el yacimiento de Vaca Muerta.
El Banco Nacional Suizo (BNS) anunció una significativa desinversión en gigantes petroleras, deshaciéndose de su participación en Chevron por un valor de 712 millones de dólares y en Shell por 877 millones de dólares. La decisión, según el BNS, se fundamenta en el incumplimiento de las normas por parte de ambas compañías. Esta acción resuena particularmente en Argentina, donde Chevron mantiene una presencia controvertida en el yacimiento de Vaca Muerta.
La medida del banco central suizo subraya una creciente preocupación global por las prácticas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de las grandes corporaciones. El presidente del Banco Nacional Suizo, Martin Schlegel, ahondó en los motivos detrás de estas desinversiones en una entrevista con el periódico suizo TagesAnzeiger. "Tenemos ciertos criterios de exclusión", declaró Schlegel. "Decimos que excluimos a las empresas que no se ajustan a los valores fundamentales de Suiza. Por ejemplo, empresas que ignoran los derechos humanos fundamentales, producen armas prohibidas internacionalmente o causan daños medioambientales de forma sistemática. Y hemos ajustado nuestra cartera en este contexto".
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Las declaraciones de Schlegel fueron respaldadas por voces de la sociedad civil. Asti Roesle, coordinadora de la Coalición SNB, Klima-Allianz Schweiz, afirmó: "Hay muchas pruebas de que las grandes empresas petroleras y gasísticas, como Shell, Chevron, Exxon y TotalEnergies, ignoran los derechos humanos fundamentales y causan daños medioambientales de forma sistemática. Las desinversiones del SNB envían una señal clara al sector financiero. Los principales proveedores de servicios financieros, entre cuyos clientes se encuentra el SNB, deben seguir este ejemplo y señalar a las empresas que causan destrucción y daños sistemáticos".
El papel de Chevron en Vaca Muerta: entre la promesa energética y la crítica ambiental
Vaca Muerta, ubicada en la provincia de Neuquén, Argentina, es una de las mayores reservas de hidrocarburos no convencionales del mundo y ha sido un foco de inversión para Chevron. La explotación de gas y petróleo mediante la técnica de fracturación hidráulica, o "fracking", ha generado un intenso debate. Mientras el gobierno argentino y las empresas destacan el potencial de Vaca Muerta para la independencia energética y el desarrollo económico, organizaciones ambientales y comunidades indígenas denuncian un pasivo ambiental y social creciente.
La presencia de Chevron en Vaca Muerta ha estado marcada por acusaciones de incumplimientos ambientales, que incluyen la contaminación del agua y el suelo, la emisión de gases de efecto invernadero y la gestión inadecuada de residuos tóxicos. Estas denuncias han sido acompañadas por la preocupación de las comunidades mapuches que habitan ancestralmente estos territorios, sobre la indiferencia hacia sus derechos y la falta de consulta previa, libre e informada, un principio fundamental del derecho internacional.
Indiferencia hacia las comunidades indígenas y riesgo social
La explotación de Vaca Muerta ha intensificado las tensiones con las comunidades indígenas, quienes denuncian que las operaciones petroleras se superponen con sus tierras ancestrales y afectan sus modos de vida. La falta de consulta y consentimiento ha sido una constante, lo que ha derivado en conflictos territoriales y la vulneración de derechos reconocidos en normativas nacionales e internacionales.
En 2024, una delegación del pueblo mapuche de Argentina viajó a Suiza para denunciar las inversiones del Banco Central en Chevron y otras empresas que extraen petróleo y gas en la formación rocosa de Vaca Muerta, alegando terremotos y graves efectos sobre la salud, como "cánceres mortales, enfermedades respiratorias y erupciones cutáneas graves", causados por el fracking.
Según un estudio de 2024 de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), con sede en Argentina, se han registrado más de 35 terremotos relacionados con las actividades de Chevron en una zona llamada El Trapial.
"Antes de 2020, cuando Chevron comenzó a realizar fracking cerca de la localidad de Rincón de los Sauces (al norte de la provincia de Neuquén), no se registraron eventos sísmicos en la zona. Desde entonces, se han registrado un total de 38 terremotos en la zona de El Trapial Este desde la llegada de Chevron. Sin fracking, no había terremotos; los temblores llegaron con la fracturación hidráulica", afirmó el geógrafo Javier Grosso, del Observatorio de Sismicidad Inducida, una organización que monitorea la actividad sísmica en Vaca Muerta.
La desinversión del Banco Nacional Suizo podría interpretarse como una señal de alarma para otras instituciones financieras que aún mantienen inversiones en empresas con historiales cuestionables en materia de derechos humanos y sostenibilidad, un aspecto que el propio presidente Schlegel destacó como parte de los valores fundamentales de Suiza.
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La decisión del BNS de desprenderse de sus acciones en Chevron y Shell, dos de las petroleras más grandes del mundo, envía un mensaje claro al mercado: las consideraciones normativas, que ahora se sabe incluyen explícitamente aspectos como el respeto a los derechos humanos y la prevención de daños medioambientales sistemáticos, son cada vez más relevantes para los inversores institucionales. En el caso de Chevron y su operación en Vaca Muerta, este movimiento podría aumentar la presión sobre la compañía para revisar sus prácticas y fortalecer su compromiso con la sostenibilidad ambiental y el respeto a los derechos de las comunidades locales.
¿Impactará significativamente esta decisión del Banco Nacional Suizo en la forma en que las grandes petroleras operan en regiones sensibles como Vaca Muerta?