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Yerba Mate CAÁ, un modelo que apuesta a conservar la selva junto al sector yerbatero

Convertida en el principal producto agrícola generado a partir de la biodiversidad argentina, la yerba mate es un árbol nativo de la Selva Misionera, de relevancia comercial y social en Misiones y Corrientes. Aves Argentinas, desde su Proyecto Bosque Atlántico, presenta el modelo Yerba CAÁ (Cultivo Amigo de las Aves) para sumar al sector yerbatero al desafío de la conservación de las selvas y campos.

"Querida Misiones, hermosa", así titulaba desde su chacra en Santo Pipó el legendario Alberto Roth, las cartas que publicaba en el tradicional diario misionero, El Territorio. Pionero en la defensa de la selva, oriundo de Suiza, bregaba por las buenas prácticas agrícolas como la conservación del suelo, la yerba bajo monte y el rozado sin quemar", rememora Andrés Bosso, a cargo del programa NEA de Aves Argentinas. Es desde esta centenaria organización que se intenta seguir su huella con acciones replicables que permitan conservar más y mejor las selvas y campos de la provincia de Misiones.

Con un equipo de trabajo en territorio, en alianza con instituciones públicas y privadas, Aves Argentinas se encuentra creando, fortaleciendo y restaurando áreas protegidas, activando proyectos con especies de aves amenazadas, produciendo información de calidad, capacitando recursos humanos y promoviendo el desarrollo de las comunidades donde trabaja. Todo ello, con el fin de conservar la biodiversidad con áreas protegidas, educación ambiental, y ordenamiento territorial, pero también desde las góndolas, a través de un consumo responsable. Allí apunta el proyecto Yerba CAÁ.

La yerba mate tradicional

Foto: Gentileza Aves Argentinas

La yerba mate es uno de los cultivos más "venerados" del país y parte del folklore nacional argentino. "A diferencia de otros, no tuvo ni tiene detractores, salvo por las condiciones en que vivían los "mensúes" o mensualeros a principios del siglo XX", comenta Andrés Bosso. "Además, tiene un altísimo impacto positivo en la economía local, con una superficie de unas 210 mil hectáreas en la zona productora (Misiones y Nordeste de Corrientes), coincidente con una de las regiones de mayor biodiversidad del país", agrega.

La yerba mate o ka'a en idioma guaraní (Ilex paraguariensis) es una especie arbórea nativa que forma parte del dosel intermedio del Bosque Atlántico en la Argentina, Paraguay y Brasil. Crece en estado silvestre, originalmente se cosechaba de sus manchones naturales. Forma parte del sotobosque o del estrato medio y puede alcanzar entre 8 y 15 metros de altura.

El titular del proyecto NEA de Aves Argentinas detalla que "sin embargo, en su cultivo industrial, igualmente debería mantener remanentes en fajas ecológicas y bosques protectores. Pero, mayormente, no ocurre y "hacemos que se comporte" como cualquier otro cultivo, con un poder de transformación total, aunque sea una especie nativa, lo que conlleva la disminución de la cobertura vegetal natural. Perdemos selva para siempre". Igualmente, aclara que al tratarse de una especie nativa, brinda un escenario de posibilidades reales de convivencia con el ambiente de selva. "Un aliado para la conservación a nivel predial, con potencial para incidir a escala de paisaje. Y eso es lo que estamos explorando".

Hacia la Yerba CAÁ: Cultivo Amigo de las Aves

Aves Argentinas promueve que este producto tan identitario de Misiones y norte de Corrientes se convierta en una herramienta de cambio y sume a la protección de uno de los ambientes más amenazados del planeta: el Bosque Atlántico.

Para esto, se desarrolló un protocolo de producción y conservación, respaldado por un Sello de Verificación, que identifica el producto comercial. Esto está dirigido a productores primarios y empresas yerbateras de la provincia de Misiones y Corrientes que producen y comercializan yerba mate orgánica ya certificada o en proceso de serlo.

Fotos: Damián Lozano

El protocolo, en la práctica, es sencillo: los productores y elaboradores que quieran contar con el Sello de Verificación CAÁ en sus paquetes y gozar de la activa promoción asociada deben garantizar la conservación de una superficie de selva en relación a sus hectáreas de cultivo orgánico. Esto es en una proporción de un mínimo de 2 hectáreas de selva x 1 hectárea de cultivo, en el caso de cultivos a cielo abierto, o de un mínimo de 1 hectárea de selva x 1 hectárea, en cultivos de yerba bajo monte. Esas hectáreas de selva son identificadas, mapeadas, relevadas y monitoreadas. Sobre ellas, algunos productores crean reservas naturales privadas.

"CAÁ es sinónimo de selva en pie. Por eso es una alternativa real para mitigar el impacto de la pérdida de hábitat por la expansión de la frontera agrícola. Nuestros objetivos son claros: incrementar la superficie de conservación y restauración de la biodiversidad del Bosque Atlántico; aplicar mejores prácticas agronómicas en la producción de yerba mate orgánica; mejorar el precio de la hoja verde de yerba mate orgánica para el productor primario; adicionar valor de conservación para la marca del producto; y promover el consumo consciente de productos más amigables con el ambiente", enumera Andrés Bosso.

CAÁ en Acción

Foto: Gentileza Aves Argentinas

"Hace ya varios años que estamos recorriendo la provincia con esta propuesta y motivando esa imprescindible reconexión Yerba-Selva", afirman desde Aves Argentinas. El ingeniero forestal Juan Pablo Cinto, coordinador de iniciativas de Desarrollo Sostenible y Restauración de Aves Argentinas, viene generando presentaciones de promoción e intercambio. "Por el momento se organizaron 4 reuniones con 17 productores inducidos sobre el modelo y el sello CAÁ y encuentros con autoridades de dos Cooperativas de Productores de Yerba Mate Orgánica, en el Área de Influencia de la Reserva Curindy, tremendo sitio inspirador en Puerto Rico, Misiones, donde hay un sitio piloto CAÁ", relata el experto.

Por otra parte, Aves Argentinas cuenta con una reserva propia, El Puente Verde, cerca de Comandante Andresito, que conecta los parques nacionales Iguazú, tanto de Brasil como de la Argentina. Allí también se está montando un sitio piloto de Yerba CAÁ y se organizan jornadas de capacitación. "En un primer encuentro, recibimos a unos 12 productores de yerba mate con quienes compartimos saberes sobre alternativas para integrar la producción y la conservación del bosque", explica Juan Pablo Cinto.

La organización también viene impulsando, en sus 12 hectáreas de yerba mate en proceso de certificación orgánica, la plantación de especies nativas para integrar "sombra forestal" para el cultivo. Gracias a esto, ya existen vínculos formales con 8 productores que suman unas 140 hectáreas de producción orgánica y 880 hectáreas de selva en pie.

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Más selva, más ganancias, más conciencia ambiental

El Sello CAÁ cuenta con un protocolo armado y un plan de negocios presentado a productores orgánicos, cooperativas y empresas yerbateras, y ya hay varios convenios firmados.

Gustavo Barutta de la consultora BSA para Aves Argentinas comenta que la intención es apoyar a los productores, pero al mismo tiempo, contagiar a los consumidores de yerba orgánica para ir un poco más allá y apuntar a que ese producto, además de desarrollarse en un marco de buenas prácticas agrícolas, ayude a conservar la selva misionera. "Estamos convencidos de que lo apreciarán y demandarán esa diferencia", afirma.

Reserva El Puente Verde. Foto: Sergio Moya

De alguna manera Yerba CAÁ levanta la bandera de los "Bird Friendly" (Amigable con las Aves) que está en boga en varios países. El lic. Sergio Tarnoski, también de BSA y para Aves Argentinas, afirma: "Según nuestra investigación de mercado, que incluye la exploración de certi­ficaciones orgánicas y otras como las de productos bird friendly como el café bajo sombra, ya instalados en países de consumo potencial de yerba mate CAÁ como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, el Premium Price de estos se ubica entre un 338% respecto a los cafés tradicionales y 162% respecto al café simplemente orgánico".

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Aves Argentinas se encarga de verificar y acreditar, con la entrega de documentación para el productor primario y empresas, las condiciones de incorporación del sello CAÁ en los envases de los productos. El proyecto abre las puertas a que puedan suscribirse tanto empresas elaboradoras de yerba mate orgánica -para su consumo tradicional u otros como mate cocido o bebidas-, como productores de la hoja verde y otros actores posteriores en la cadena de valor.

Existe en la actualidad un mercado potencial de 37 productores orgánicos, sobre un universo de 12 mil productores de yerba mate en la región. La adopción del Sello CAÁ por parte de marcas de yerba mate orgánica, apunta a aprovechar la tendencia global de una creciente demanda de alimentos saludables, que además sean producidos con el menor impacto -certificado- en los ecosistemas de origen.

"Nuestra intención es que se sumen la mayor cantidad de productores a nuestro sistema de acreditación de servicios ambientales, porque será una forma de aumentar la cantidad de hectáreas de conservación y que, entre todos, podamos escalar este modelo que, además de ofrecer una yerba más saludable, promueve de manera directa la protección de la biodiversidad. Ese es nuestro principal negocio", afirma Andrés Bosso.

Foto: Sergio Moya. Gentileza Aves Argentinas

Números que hacen la diferencia

  • La industria argentina produce algo más de 300 millones de kilogramos de yerba mate elaborada, que se consumen en el país y se exportan fundamentalmente al Mercosur, Chile, Siria y otros países del hemisferio Norte.

  • El consumo de yerba mate alcanza los 6,4 kg/año/habitante, lo que supera en más de 7 veces al resto de las infusiones en nuestro país.

  • En su cultivo convencional se plantan hileras cada 3 metros, con 2500 a 3000 plantas /ha sujetas a podas de cosecha -al menos tres por año-, o de formación para mantener el porte arbustivo sin deteriorar la sanidad y el crecimiento. Solo se produce en Paraguay (4%), sur de Brasil (34%) y la Argentina (62%).



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