Economía
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Deforestación importada: los países ricos arrasan con los bosques de los más pobres

Un nuevo estudio señala las huellas de deforestación globales, identificando qué países deforestan más domésticamente y cuáles lo hacen indirectamente a través de la importación de productos primarios de países en vías de desarrollo.

Mientras que la deforestación en los países ricos está a la baja, la tala de árboles que se da en los países en desarrollo está vinculada a la demanda del G7 -Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y los Estados Unidos- y China de productos primarios como soja, aceite de palma, trigo o cacao. En América Latina, específicamente, preocupan los bosques tropicales y subtropicales, el Chaco Americano y algunas zonas de América Central.

Cosecha de la soja (Foto: Pixabay)

Latinoamérica es una de las zonas más ricas en biodiversidad del mundo. Sus bosques son hábitat de gran parte de la vida silvestre del Planeta, grandes captadores de carbono y sostienen la supervivencia de millones de personas. Sin embargo, estas áreas boscosas tan importantes están en peligro por la deforestación, producto del desarrollo económico, el crecimiento de la población y el comercio internacional.

Se estima que entre el 29% y el 39% de las emisiones relacionadas con la deforestación mundial se deben al comercio internacional. Sin embargo, aunque la tala de bosques suele tener lugar en países en desarrollo, la demanda de productos básicos suele proceder de países más ricos. Así lo afirma un nuevo estudio, publicado por Nature Ecology and Evolution, que calcula las huellas de deforestación de distintos países a nivel mundial durante 15 años (del 2001-2015), comparando la deforestación doméstica con la importación exterior a través del consumo de productos fabricados en el extranjero.

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El sector agropecuario, maderero y silvicultor son responsables del 80% de la deforestación mundial según este reporte. Esto se debe principalmente al consumo de bienes -como el café, el chocolate, el ganado, la soja, el aceite de palma y la madera- cuyas materias primas se extraen en los países en desarrollo, mientras que se consumen en países de todo el mundo, especialmente en los más ricos. Países como Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Japón importaron más del 90% de sus huellas de deforestación nacional del extranjero, de las cuales entre el 46% y el 57% procedían de bosques tropicales.

El sector agropecuario, maderero y silvicultor son responsables del 80% de la deforestación (Foto: Pixabay)

"Nos gustaría que la gente pensara más en la deforestación antes de comprar y consumir productos básicos de riesgo para los bosques", dice el autor principal del estudio, Nguyen Hoang a Carbono News.

Los autores también examinan las pérdidas medias de árboles según patrones de consumo. Encontraron que en el 2015 los residentes en los países del G7 provocaron la pérdida media de 3,9 árboles o 58 m2 de bosque per cápita. El caso de EEUU fue el más alarmante: la pérdida de árboles per cápita del total de la población duplicó a las de Japón, Alemania, Francia o el Reino Unido.

Los puntos calientes de la deforestación mundial

El estudio señala que, en general, los principales socios comerciales implicados en las huellas de deforestación son muchos países tropicales y subtropicales, como Brasil, Madagascar, Argentina, Indonesia y Costa de Marfil. Estos países son los principales exportadores de productos básicos de riesgo para los bosques: ganado, soja, café, cacao, aceite de palma y madera, cuyo destino son los países del G7 y China.

La huella estadounidense se distingue claramente de los demás países, el consumo de EE.UU. provoca deforestación en varios puntos conflictivos de pérdida de árboles deforestación. Estas zonas calientes incluyen el centro de Camboya, el este de Madagascar, Liberia, América Central, especialmente la cuenca del Petén de Guatemala, el este de Honduras y el centro y el este de Nicaragua, el sur de Chile y el sur de la selva amazónica -donde la agricultura y el pastoreo son extensivos- en Brasil y el norte de Argentina.

Un trabajador recolecta cacao en Colombia (Foto: Pixabay)

Por su parte China, Corea del Sur y Japón satisfacen sus necesidades de madera mediante la importación desde Vietnam. Singapur importa prácticamente toda la huella de deforestación del sudeste asiático. China, Corea del Sur y Japón también se dedican a la "explotación maderera" en el norte de Vietnam, añade el documento, mientras que Alemania supone el mayor riesgo para los bosques de Costa de Marfil y Ghana por su demanda de cacao.

Deforestación for export

El estudio también señala que, mientras China, India, el G7 y otros países desarrollados incrementaron la superficie forestal en sus propios países, aumentaron su deforestación importada.

Barco de carga transportando mercancias (Foto: Pixabay)

"Se trata de una situación potencialmente delicada: los países han realizado una forestación neta en casa, pero su huella de deforestación global ha crecido en realidad debido a la subcontratación... el hecho de que el daño medioambiental se haga en otro lugar hace más difícil -tanto moral como logísticamente- motivar un cambio político en casa", dice Daniel Moran, investigador de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega a Carbon Brief.

Los peores parados: los bosques tropicales

A pesar de que los bosques tropicales son grandes reservorios de vida silvestre y absorben gran parte de las emisiones de carbono, son los más amenazados por las cadenas de suministro de muchos países. Según el estudio, por ejemplo, para 2015 Japón, Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia importaron del 91% al 99% de su deforestación desde el extranjero, de la cual el 46-57% procedió de bosques tropicales.

Los autores sostienen que las importaciones de productos básicos relacionados con la deforestación tropical están aumentando, mientras que la deforestación global está disminuyendo. La mayoría de los países desarrollados y China se han convertido en "grandes" importadores de productos básicos relacionados con la deforestación tropical, mientras que países en desarrollo como Brasil son "grandes" exportadores.

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Mientras que los productos madereros que se extraen de la Amazonía brasileña tienen un destino nacional, otras materias primas como la soja o la carne son demandadas por países como EEUU, China y la Unión Europea (UE), produciendo deforestación en el bioma amazónico. Esta situación es especialmente importante porque más de la mitad de los bosques tropicales que quedan en la Tierra se encuentran en la cuenca del Amazonas.

Para ello, las políticas ambientales de Brasil son fundamentales para la conservación de la cuenca amazónica, sin embargo, según afirma el reporte, desde el 2019 "el número de incendios y la deforestación han aumentado en el país bruscamente debido a los esfuerzos del gobierno de Jair Bolsonaro por debilitar las políticas de conservación de los bosques para intensificar los patrones insostenibles de desarrollo".

El Gran Chaco Americano, amenazado por las commodities

Esta región abarca parte del norte argentino y territorios boliviano, paraguayo y brasileño y constituye el segundo ecosistema forestal más grande de la región, después de la Amazonía. Es también uno de los más amenazados por la deforestación. La razón: grandes extensiones de monocultivos de granos como la soja, el trigo, azúcar, maíz y otros cereales y carne de vacuno, que se destina a naciones de la UE-27, Reino Unido, China y Rusia. "Aunque el consumo doméstico también tiene una gran responsabilidad en la deforestación de estos focos de biodiversidad", explica Hoang a Carbono News.

Los granos y la carne de vacuno se destina a naciones de la UE-27, Reino Unido, China y Rusia (Foto: Pixabay)

En esta misma línea se expresa Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace."La deforestación está arrasando la región del Gran Chaco Americano por el avance de la frontera agropecuaria para soja y ganadería''."Sólo durante 2020 Argentina perdió 114.716 hectáreas de sus bosques nativos", revela la organización a Carbono News.

En el Chaco Paraguayo, según el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible de ese país, 1.057.888 hectáreas fueron deforestadas entre enero 2014 y enero 2018 en la región occidental. Prácticamente toda esa área se destinó a la producción ganadera, que es la principal actividad de la zona, y que convierte a Paraguay en el décimo exportador de carne. La carne paraguaya se exporta casi en su totalidad a Brasil, que a su vez la exporta a EEUU y la UE, entre otros destinos.

"La producción de monocultivos genera un constante avance de la deforestación, especialmente sobre la región del Gran Chaco Americano. Desafortunadamente también genera ingresos rápidos y a corto plazo para economías como las nuestras, sin tener en cuenta el costo ambiental que se produce a mediano y largo plazo", explica el argentino Darío Rodríguez, especialista de la Fundación Banco de Bosques, a Carbono News.

Para evitar que la pérdida de cobertura boscosa sea más aguda, organizaciones de la sociedad civil, investigadores e incluso algunos gobiernos han cuestionado el Acuerdo comercial de la UE y el Mercosur que se firmó en 2018 pero que aún no ha sido ratificado.

"Con el acuerdo, la UE importará más carne y otros productos agrícolas. Con ellos, importaremos emisiones, deforestación, contaminación del suelo y abusos de los derechos humanos, mientras ponemos en peligro los medios de vida de los agricultores locales", afirman los expertos Luciana Ghiotto y Javier Echaide en un estudio.

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