Tomás Machuca, un "pibe de barrio" que creó el emprendimiento de canilleras con plástico reciclado: "Usamos el deporte como medio de concientización"

"Un pibe de barrio que se animó a desafiar las creencias limitantes", así se autodefine Tomás Machuca, el joven de 20 años nacido en el barrio República de la Sexta, de Rosario, creador del emprendimiento de triple impacto "Fenikks", que vende canilleras hechas con tapitas de plástico reciclado recolectadas en clubes de barrio.

El proyecto es furor en Argentina y se encuentra en etapa de crecimiento. "Estamos escalando operativamente, tanto el equipo como la estructura comercial. Además, estamos pasando por un proceso de incubación para posterior aceleración e internalización del proyecto", le dice Machuca a Carbono News.

Las canilleras se venden a todo el país desde la tienda online de su Instagram. Su objetivo es expandirse por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Además, la página cuenta con un juego online "Recicla o Game Over" en el que, si se gana, se obtiene un par de canilleras gratis.

Esta idea de emprender nació en 2016 (a sus 17 años). Tomi jugaba al fútbol con la esperanza de mejorar la calidad de vida de su familia y le dieron una patada que le rompió las canilleras que tenía. Al no tener dinero para comprar otras, buscó la forma de hacerse unas él mismo. Después de investigar, con una sierra, cortó un balde que encontró tirado en el patio de su casa, le pegó una goma en la parte de atrás, le agregó un diseño que hizo en Paint y, para el siguiente partido, ya tenía sus canilleras nuevas. Cuando las llevó al club, todos le decían: "¿Dónde las compraste? Están buenísimas".

Así, Tomi pasó de ver el fútbol como una herramienta transformadora de su propia realidad, a algo más amplio: no solo podría servirle para ayudar a su familia, sino que podría mejorar la calidad de vida en los barrios afectados por la contaminación.

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"Reciclando baldes y tubos de PVC, generamos un impacto acá en lo que es la basura, para que no termine todo tirado. Al momento de desarrollar la producción, no dábamos abasto por la demanda y exigencia física por ser (un producto) artesanal. Investigamos cómo reciclar más tipos de plástico y el tema del modelo de negocios fue clave: uno de ellos fue la organización internacional "Precious Plastic" que comparte cómo hacer las máquinas de reciclaje de forma semi industrial, pero no nos fue rentable. Creamos una alianza con Ecolif e implementamos que, por un par comprado, regalamos otro como recompensa por tener una acción responsable con el medio ambiente. El proyecto empodera el conocimiento con una recompensa tangible", dice el empresario. La fábrica recicladora hoy está emplazada en Córdoba capital, mientras que el taller en el que trabajan con su equipo está en su barrio natal.

Comenzó a desarrollar la idea con un grupo de amigos, luego, se fueron sumando más personas. "Nos formamos por nuestra cuenta, autodidactas, con libros y formación online. Somos muy curiosos y la ventaja de emprender en esta época es que la información está al alcance de todos". 

El deporte como motor de conciencia

El emprendimiento cuenta con más de 50 clubes de fútbol de barrio (entre ellos, River Plate) que funcionan como puntos de recolección para que las personas depositen las tapitas de plástico. A sus labores deportivas se les suma la de educar en el reciclaje, enseñando a separar los residuos para transformarlos.

Algunos datos sobre las canilleras:

• Cada una está confeccionada con 65 tapitas de botellas 100% recicladas.

• Cada par le da una vida útil a 160 gramos de residuos.

• Poseen un diseño ergonómico para optimizar calce y comodidad.

• Tienen un color modificable y único a partir del material utilizado

Uno de los principales focos del proyecto está puesto en la inclusión. Es por eso que, este año, presentaron oficialmente la fundación "Fenikks Fútbol", donde se brindan actividades deportivas como medio de contención y prevención de las problemáticas de drogadicción y delincuencia destinadas a jóvenes y niños del barrio República de la Sexta.

Como su misión es atraer e impulsar a la próxima generación de líderes de proyectos de impacto, están llevando adelante el programa Ecolíderes en los 50 clubes con objetivos claros:

• permitir a los clubes compartir la importancia del reciclaje y la separación de residuos, los plásticos viajan desde estos puntos de acopio a los puntos de recepción, que se encargan de la logística, para ser transformados en canilleras;

• utilizar el deporte como medio de concientización y, al realizar el acopio en clubes, reforzar el sentido de pertenencia y comunidad;

• desarrollar un programa orientado en valores a partir del deporte, que brinda además conocimientos aplicables a la vida cotidiana.

Sobre cómo consiguen inspirar a otros jóvenes, Tomás Machuca explica: "Somos personas de carne y hueso y vivimos una realidad que vive más del 55% de la población argentina. Mostramos las cosas como son, como las hacemos, sin nada que ocultar y contando cómo arrancamos. Damos mensajes auténticos desde el lugar donde estamos. Fundamos un club acá en el barrio para prevención y contención".

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"En el momento de auge del proyecto, hubo un tiroteo acá en el barrio y justo mi papá había salido a comprarle un helado a mi hermana y le dieron un tiro en la pierna. Son cosas del contexto. Lo contamos en las redes porque así son las cosas y no tenemos miedo ni vergüenza de hablar sobre la realidad en la que vivimos. A pesar de las dificultades, estamos motivados para salir adelante y no dejar nunca de meterle, porque no es que nos sentimos en obligación de hacerlo por otro, sino porque nuestro propósito puede llevar a transformar realidades desde la inclusión y la generación de nuevas oportunidades y que la gente no caiga en el camino fácil que lleva a la delincuencia, la drogadicción y a la violencia. Ese es el mensaje".