Ecoaldeas entrerrianas, el movimiento de vecinos que logró convencer a municipios de compostar y reciclar para erradicar los basurales a cielo abierto

Hace alrededor de un año y medio, un grupo de vecinas -en su mayoría- y vecinos, crearon el grupo "Ecoaldeas entrerrianas" para lograr impactos ambientales positivos y locales, en un mundo de desastres climáticos por la acción humana. Su misión es "sembrar conciencia" en la población de la importancia de cuidar los bienes naturales.

Uno de los mayores logros de estos vecinos de Aldea Valle María, Aldea Protestante, Aldea Spatzenkutter y de Paraná, entre otros lugares, es haber conseguido la separación en origen de los residuos, casa por casa, y que los municipios reciclen estos materiales y hagan compost con los orgánicos para erradicar los basurales a cielo abierto.

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Mariela Wendler de Valle María e integrante del grupo ecologista dice a Carbono.news: "Al principio éramos 10 personas, hoy somos ocho. Cuestionamos el tema de que las aldeas todavía tengan basurales a cielo abierto porque no separan los residuos. En Valle María sí hay plantas de separación y reciclado pero en las otras no. Por eso, decidimos empezar a hablar con los presidentes comunales, los municipios, los intendentes, a ver de qué manera se podía llegar a hacer algún acuerdo con Valle María para que los residuos de las demás aldeas sean tratados en su planta. En pueblos así chicos no hay necesidad de hacer una planta en cada uno porque el lado económico y la cantidad de basura no lo justifica".

Gracias a su movimiento ciudadano se pudo lograr. Aunque Mariela aclara que falta lograr el acuerdo con algunas aldeas todavía, otras son un ejemplo. "Aldea Protestante fue una de las primeras en separar excelente la basura en seis partes (vidrio, plástico, cartón, papel, orgánicos y sanitario -lo que no se puede reciclar-) y los materiales llegan perfectos a la planta", enfatiza.

Y añade: "De a poco, pudimos hacer charlas en las escuelas para explicar la importancia del proceso de separación. Es todo un cambio en los pueblos. También hacemos limpieza y puesta en valor de los hermosos arroyos que tienen las aldeas".

En Valle María algunas familias compostan, pero la mayoría separa sus orgánicos, un camión de la municipalidad los retira y los deposita en una compostera que está en la planta de reciclado. Así, el municipio realiza el compost y luego lo usa para "trabajar canteros, plantaciones de árboles o también la gente que necesita puede ir a buscar", dice Mariela.

La activista cuenta que el grupo también realiza "ecoferias". "Terminar un evento y ver que no hay materiales descartables, ni bolsas de plástico por haber usado solo de cartón y que todos los vendedores hayan podido reformularse super bien, demuestra que las cosas se pueden hacer a gran escala pero hay que empezar a cambiar ciertas cosas para no terminan con tanta mugre y tanto desecho", explica.

Aldea Protestante: 80 árboles menos por negligencia del ministerio de Ambiente provincial

"No entendemos el porqué del ensanchamiento del camino que va de la ruta provincial al pueblo Aldea Protestante. Tiene 600 habitantes nada más... ¿hay necesidad de hacer un acceso con una banquina de 3 metros justo del lado donde se encontraban 80 árboles de más de 20 años que terminaron siendo talados?", se pregunta el grupo ecologista.

Con dos días de aviso y con un feriado de por medio, la junta de fomento avisó la semana del 8 de diciembre de este año que iba a asfaltar el camino que va desde el pueblo hasta la ruta. El problema: además dijeron que iban a ensanchar esta calle y para eso decidieron talar 80 árboles. La solución que proponían por esta pérdida: un "3x1", es decir, por cada árbol talado, plantarían tres nuevos.

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"Nos dolió mucho este tema porque si bien es muy necesario el asfalto de 2km en especial para la gente que sale a trabajar todos los días y nadie lo va a discutir, se podría haber evitado talar los árboles que estaban al costado. Al día siguiente del feriado, cuando íbamos a proponer que el ensanchamiento y la nueva banquina se hiciera del lado que no tenía los árboles, las topadoras ya los estaban arrancando. Cada uno desde los pueblos lloró", se lamenta Mariela.

Y apunta a los organismos estatales de Ambiente como responsables: "Las secretarías de Ambiente ya sean de las ciudades o provinciales están para esto, ellas avalan o prohíben lo que está bien, o está mal. No entendemos cómo pueden avalar un proyecto donde extraen 80 árboles. Más allá de que en esta obra se extrae 1 y se plantan 3, no sabés si llegan a su adultez, hay que cuidarlos de las hormigas y proveerles riego diario durante el primer mes, y en ese proceso nos quedamos sin los árboles que los necesitamos hoy. No compensa el 3x1", afirma.

No sólo los árboles, sino toda la vida que habitaba en ellos sufrió. Los vecinos vieron pájaros y lechuzas muertas, por ejemplo. La idea del grupo no era ni discutir ni pelear con la junta de fomento por esta obra que llevará 6 meses de trabajo ya que "siempre los trataron muy bien", detalla la activista, sino solo impedir la tala innecesaria.

"Nos dijeron que desde el ministerio de Ambiente de la provincia estaba aprobado el proyecto. Llegar a tener reuniones con la secretaría es muy difícil, casi inaccesible, pero tiene más poder que un ciudadano común y a nosotros es como que nos queda hacer bulla y no está bueno porque no es nuestra metodología", dice Mariela, y agrega: "Algunos vecinos no se dan cuenta y dicen que es un mal necesario. No hay necesidad de hacer una masacre así de lastimar tanto y a nosotros mismos porque nosotros vamos a necesitar de estos árboles mañana, pasado y nuestros hijos también".

A pesar de estos contratiempos, Wendler tiene intacta su esperanza de mejorar el modo de vivir: "Las nuevas generaciones ayudan mucho porque tienen conciencia ambiental".