La start up "Bee-io" de Israel creó una "miel sin abejas"

Las abejas son el grupo de insectos polinizadores más importante de nuestro planeta, ya que contribuyen a desarrollar alrededor del 85% de los cultivos existentes. Pero, solamente siete de las 20.000 especies conocidas son capaces de cumplir la doble función de polinizar flores y producir miel cuando regresan a la colmena.

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Sin embargo, desde 1990 hasta la actualidad, el 25% de las especies de abejas conocidas ha desaparecido por el avance del agronegocio y de los pesticidas. A este escenario complicado, se le suma un mercado mundial que demanda el producto de manera cada vez más sostenida, ya que el azúcar blanca se ha vuelto casi un enemigo de las sociedades modernas y la miel no solo endulza, sino que además ayuda a mejorar nuestra salud.

En el mundo, el consumo se acerca a los dos millones de toneladas, pero semejante demanda no puede ser satisfecha. Doce abejas pueden producir, apenas, una cucharadita de miel durante toda su vida y una colmena con miles de ellas puede producir hasta 35 kilogramos al año. Haría falta diseminar ciento de millones de colmenas en los cinco continentes para poder cubrir la demanda global.

Por ello, en la última década, el precio de la miel casi se duplicó y ante esta falta de stock, aparecieron los sucedáneos sintéticos.

La startup israelí Bee.io nació como el pequeño negocio de una familia de apellido Dvash que en hebreo (crease o no) significa miel. La compañía imita el proceso natural de elaboración dentro de un laboratorio. El néctar recolectado de las plantas se filtra y se inserta en una máquina de biosíntesis donde se mezcla con enzimas específicas y se evapora, lo que da como resultado la "miel sin abejas".

Las enzimas se producen mediante un proceso de fermentación, lo que significa que lo que vende Bee-io es verdaderamente vegano. Según sus descubridores, posee las mismas vitaminas, minerales y antioxidantes que la "real", pero sin los aditivos antibióticos.

Los Dvash explicaron que esperan que las ventas comerciales comiencen en 2023, después de superar los obstáculos regulatorios de cada país.

Consultado por Carbono.news, Lucas Martínez, presidente de la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA), puso reparos ante el supuesto sustituto. "Es posible que los israelíes hayan logrado crear un alimento parecido en su gusto a la miel. Pero, a nivel global, junto con los aceites de oliva, de girasol y la leche, se trata de uno de los bienes más adulterados debido a su alto valor final. La miel ocupa en este ranking de falsificaciones el cuarto sitial mundial. Desde hace años, los chinos están preparando algo parecido en su gusto aplicando resonancia magnética nuclear. Sus jarabes tienen como base el arroz y las fructuosas. Se los mezcla en altas proporciones con la propia creación natural de las abejas".

Los miembros de la Sociedad Argentina de Apicultores defienden su trabajo y recuerdan que "para los códigos alimentarios internacionales existe un solo producto que se puede llamar miel: es el que tiene origen en el néctar de las flores y es generado por las abejas".

Las novedades que saldrán pronto al mercado tendrán el mismo gusto y olor que la miel natural, pero serán fruto del diseño humano. Los apicultores argentinos, que el 21 de junio celebran su día, han logrado colocar al país como el segundo exportador mundial, detrás de la República Popular China.

"La miel es un alimento casi perfecto: muy rico en nutrientes y minerales. Se consigue sin necesidad de grandes inversiones. Se trata de una sustancia con propiedades extraordinarias que van desde las curativas para el corazón y la piel hasta una ayuda eficaz para la digestión y el descanso", aseguran desde SADA con gran orgullo.