Ambiente y naturaleza
Glaciares

Paseo en drone por Chacaltaya: el glaciar que murió y que anticipa el destino de otras pistas de ski

Muy cerca de La Paz, Bolivia, funcionaba el centro de ski más alto del mundo, que desapareció completamente en 2010.

En agosto de 2009, el mundo comenzaba a despedirse del glaciar Chacaltaya, que terminó de morir un año después. Cerca de La Paz, en Bolivia, a 5300 metros de altura, era la pista de ski más alta del mundo, lo que la hacía atractiva para turistas y deportistas que llegaban de muchos puntos del globo. 

Pero el calentamiento global hizo lo suyo, y la tierra que acunaba al glaciar Chacaltaya luce hoy como una montaña más, apenas nevada en la cima, y es difícil creer que hace solo una década cientos de esquiadores resbalaban por ahí.

Hace pocos días, Guillermo Movia, un argentino que vive en La Paz desde 2019, llegó hasta ahí con su drone y captó imágenes del Chacaltaya actual. En poco más de dos minutos de paseo se ve cómo está hoy la zona, sus picos y lagunas, a solo 30 kilómetros de la capital boliviana.

"Aprovecho algunos lunes que tengo libres porque acá con la cuarentena los días de semana se podía salir hasta las 18, más que los fines de semana. Son 37 kilómetros, pero el viaje es de una hora porque es camino de ripio", cuenta Guillermo a Carbono.news. "Eso de agarrar el auto y tener la naturaleza cerca en Buenos Aires no lo tenía".

Miles de años vivió el Chacaltaya hasta que, en 2009, solo unos pocos hielos fueron quedando de él, hasta declararse su extinción definitiva. Y entonces la pregunta surge, inevitable, ¿será este el destino de tantas otras pistas de ski en el mundo?

Así está Chacaltaya hoy (Foto: Guillermo Movia)

Y la respuesta es sí: "Por el calentamiento global, dentro de 30 a 50 años las bases de los centros de ski van a ver complicada su cantidad de nieve. Lo más probable es que, si tienen la posibilidad de hacerlo, se tengan que ir cada vez más alto para tener las mismas condiciones de nieve", explica Lucas Ruiz, doctor en geología especializado en glaciares del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA - CONICET).

"En Argentina no tenemos tanta historia como para medirlo, pero en Europa es muy claro: si vas a los Alpes las estaciones de ski que terminaban a los 1500-1600 metros ya no están más, están abandonadas. Ahora solo son viables las que terminan más allá de los 2000", agrega.

El pequeño glaciar

Sin embargo, el Chacaltaya reúne -reunía- algunas particularidades que contribuyeron a su desaparición. Para empezar, su tamaño: "Nunca fue un glaciar grande, no es como si desapareciera frente a nosotros el Perito Moreno en un par de años", dice Ruiz a Carbono.news.

El Chacaltaya en 1997 (Foto: Centre Excursionista Jonquerenc)

"El Chacaltaya era un glaciar muy pequeñito, en 1940 tenía tan solo 20 hectáreas. Lo que pasa con estos glaciares pequeños es que si no están muy bien protegidos de la radiación solar no tienen forma de esconderse del derretimiento", agrega.

Y suma: "Si la línea de equilibrio, que separa la zona donde se acumula nieve de la zona donde se derrite el hielo y la nieve en un glaciar, se encuentra por encima de la cota máxima del glaciar, el glaciar está condenado a desaparecer. Los glaciares 'viven' de la nieve de su zona de acumulación, si esta desaparece, el glaciar también lo hará, es solo cuestión de tiempo". 

Además: su ubicación. Tanto la cercanía al Ecuador como la cercanía a la ciudad de La Paz -con más de 700.000 habitantes- tuvieron que ver. "Hay un aumento de la temperatura en la zona tropical, pero también están las emisiones de la ciudad, el carbono negro, lo que comúnmente llamamos hollín y otras partículas que ensucian la nieve, y al estar sucia absorbe más calor", detalla Ruiz. "Y el calor de las rocas alrededor también favorece el derretimiento, el polvo que vuela de las rocas ensucia la nieve".

¿Y el calentamiento global?

"El efecto invernadero es como ponerle una mantita cada vez más gruesa al planeta", dice Ruiz. "La atmósfera es variable, dinámica, no homogénea, y los procesos por los cuales se mueve son caóticos. Entonces no es algo directo ‘aumenta la temperatura y pasa esto', pero todo el sistema climático empieza a funcionar en modo más caliente, y todo reacciona: los glaciares, los bosques, los océanos", ejemplifica.

Así está Chacaltaya hoy (Foto: Guillermo Movia)

Alrededor de 2015 los científicos comenzaron a dar cuenta de una "mega sequía" para los Andes Centrales, un período extenso, que comenzó en 2010 y ya lleva 10 años. En todo el registro de caudales y de nieves, que ya tiene más de 110 años, no se observa un periodo de sequias tan extenso. Y si bien puede variar, "es más probable encontrar en el futuro años secos que húmedos", admite el glaciólogo.

"Esperamos que cambie y vuelva a haber años más húmedos, hay una variabilidad natural, que va a seguir existiendo. Esperamos que vengan uno o varios años de nevadas, pero hoy la configuración atmósfera favorece la sequía", suma.

"No tenemos la chance de andar apostando si va a pasar o no, pero es mucho menos probable en una atmósfera de menos temperatura. Es mucho mejor si logramos reducir las emisiones del dióxido de carbono", cierra.


Esta nota habla de:
Más de Ambiente y naturaleza
Europa debate sus políticas de acceso a minerales mientras crecen los impactos en América Latina
Ambiente y naturaleza

Europa debate sus políticas de acceso a minerales mientras crecen los impactos en América Latina

Del 17 al 21 de noviembre se llevará a cabo una nueva edición de la Raw Materials Week, en Bruselas, Bélgica, el evento anual que reúne a representantes de instituciones europeas, la industria, gobiernos, la academia y la sociedad civil para debatir sobre el futuro de los denominados "minerales críticos".
Eco Plástico: "Si yo puedo, vos también"
Ambiente y naturaleza

Eco Plástico: "Si yo puedo, vos también"

Con esta nota a Rodrigo Martinuzzi de Eco Plástico, Carbono.News presenta a un nuevo integrante del equipo, Bautista, de 12 años, una mirada joven a los grandes temas ambientales
Atribución del impacto del huracán Melissa al cambio climático
Ambiente y naturaleza

Atribución del impacto del huracán Melissa al cambio climático

Melissa fue uno de los huracanes más poderosos jamás registrados. El modelo IRIS estima que el cambio climático aumentó la intensidad de un huracán del tipo "Melissa" a una categoría 5 excepcional al tocar tierra. Un huracán tipo "Melissa" al tocar tierra es aproximadamente cuatro veces más probable en el clima de 2025 en comparación con una línea de base preindustrial. Este evento era poco probable sin el cambio climático.