El Atlántico se enfría y el Pacífico crece cada vez más: las Naciones Unidas advierten sobre la "revancha de los mares"
"Los océanos pueden provocar una catástrofe mundial porque el Pacífico es hoy la zona más vulnerable del planeta y el Atlántico se está congelando" denunció el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
En la reunión de líderes del Foro de las Islas del Pacífico, en Tonga, Guterres fue muy claro: "Los mares en aumento nos darán nuestro merecido". Para el líder mundial, los gases de efecto invernadero, generados en su mayor parte por la quema de combustibles fósiles, están sobrecalentando al planeta.
"Es una situación de locos: la subida del nivel del mar es una crisis enteramente provocada por la humanidad. Una crisis que pronto alcanzará una escala casi inimaginable, sin ningún bote salvavidas que nos ponga a salvo. Pero si salvamos el Pacífico, también nos salvaremos a nosotros mismos. El mundo debe actuar y responder al SOS antes de que sea demasiado tarde", dijo Guterres.
A poco de la COP29, que se celebrará en octubre en Bakú (Azerbaiyán), Guterres instó a la comunidad mundial a que avance hacia una eliminación rápida y justa de los combustibles fósiles y a que "aumente masivamente la financiación y el apoyo a los países vulnerables", donde los países deben acordar "impulsar una financiación innovadora y un nuevo objetivo financiero sólido". "Necesitamos un aumento de los fondos para hacer frente a la subida de los mares".
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El informe Estado del Clima en el Pacífico Sudoccidental de la Organización Meteorológica Mundial dice que esa región enfrenta un triple golpe:
un aumento acelerado del nivel del mar
un calentamiento del océano
una acidificación porque está absorbiendo cada vez más dióxido de carbono.
El Equipo de Acción Climática de la ONU publicó un informe llamado "Mares que aumentan aceleradamente en un mundo en calentamiento", que muestra que los niveles globales promedio del mar están aumentando a un ritmo sin precedentes en los últimos 3000 años. Según este trabajo de investigación, los niveles han aumentado un promedio de 9.4 cm en los últimos 30 años, pero en el Pacífico Tropical, esa cifra llegó a ser de 15 cm.
"Solo limitando el calentamiento a 1.5 grados centígrados en las próximas décadas tendremos una oportunidad de luchar para prevenir el colapso irreversible de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental, y las catástrofes que lo acompañan" confirmó el Secretario General de ONU.
Maupiti, Polinesia. Fuente: Unsplash
Cabe destacar que, en 2023, las emisiones globales no disminuyeron. Por el contrario, aumentaron un 1%.
"El G20, que representa el 80% de las emisiones, tiene la obligación de unirse para garantizar una reducción de las emisiones ahora", dijo Guterres. Cabe recordar que Argentina, Brasil y México forman parte del G20.
Buenos Aires (Argentina), Río de Janeiro y Atafona (Brasil) son ciudades que ya han experimentado un incremento de entre 6 y 13 cm en el nivel del mar relativo en 2020 con respecto a 1990. Si se tiene en consideración un calentamiento de 3 °C (algo coherente con la trayectoria de las políticas actuales) se estima que la mayoría de las ciudades del G20 experimentarán un aumento del nivel del mar de más de 15 cm al año 2050.
El Atlántico se enfría cada vez más
Los científicos no se explican el cambio de temperatura que sufre este océano, el segundo más importante del planeta. Entre mayo y agosto de 2024, ha estado entre uno y dos grados Farenheit por debajo del promedio usual para esta época del año.
Las temperaturas mínimas del gigante son muy inusuales para esta época del año y este enfriamiento apresurado ha generado un abanico de interpretaciones entre los expertos.
Se especula con la posible influencia de patrones meteorológicos como El Niño, un fenómeno que se caracteriza por el calentamiento de las aguas del océano Pacífico.
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La variación de las marcas podría tener serias implicancias para las condiciones climáticas de todo el hemisferio Occidental. Por ejemplo, aumenta la probabilidad de huracanes muy fuertes en el Caribe.
Tanto El Niño como La Niña dependen de los vientos alisios, del calentamiento solar y de las precipitaciones. Todo ello dificulta su predicción y comprensión con una antelación suficiente.
