Ley de Humedales YA: una deuda argentina que destroza territorios e ignora la voz de los pueblos

"Hay humo: estamos en algún lugar que no sabemos qué es ni dónde tiene el norte, el suelo se mueve o no pisamos suelo. Lo que hay es humo. No todo lo que brilla es oro, al oro se lo llevaron, mi amor, eso que brilla, ¿lo ves bien? Es el ojo vivo del carpincho que venía de visita con su familia -se quedaba atrás, los hijitos seguían a la hembra y él cerraba la marcha- y se escondía abajo del muelle de esa casita en la isla que fue nuestra unos días este verano, ¿te acordás qué animalito más dulce? Lo quemaron, miralo, queda el ojito nomás y todo lo otro que era, todo ese cuerpo que metía en el agua y tomaba sol en la cabeza y el lomo y cuidaba a las crías y con las manitos agarraba las hojas tiernas, todo eso, y las hojas tiernas y las duras y los árboles también, es cenizas ahora. Quedarán huesos por ahí, y tocones. ¿Nos mira? ¿Qué mira el ojo de los que han sido quemados?", narra la escritora Gabriela Cabezón Cámara en el cuento "#LeyDeHumedalesYa" publicado en septiembre de 2020 en el marco de la campaña "Deforestación CERO 2020" impulsada por la Asociación Civil "Periodistas por el Planeta".

Cortinas de humo, animales calcinados, cenizas cubriendo suelos que antaño acuñaban vida; la realidad impacta y supera cualquier escenario de ficción. Según cifras oficiales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, en 2020 se quemaron más de 1 millón de hectáreas en todo el país; en las Islas del Delta del Paraná se estima una pérdida de aproximadamente 300.000 superficies. El fuego no cesa y, desde enero hasta la fecha, 287.000 mil hectáreas se vieron afectadas por nuevos focos de incendio.

Mirá también: "¿Qué son los humedales y por qué es importante que una ley los proteja?"

"Están incendiando tanto que ya cada vez el fuego alcanza menos, porque hay menos vida en estos lugares", dice la periodista y autora Soledad Barruti en Televisión Pública Noticias y añade: "Los humedales son un ecosistema valioso que necesitamos para sostener la vida en el planeta. Los incendian porque buscan praderas más verdes para avanzar con la producción y extender la ganadería. Es así de perverso. Tenemos gente prendiendo fuego la tierra haciendo uso de la potestad de la propiedad privada en un territorio del que dependemos todos; por eso necesitamos una ley que proteja esto".

Eduardo Bodiño es fotógrafo y vive en la ciudad de Rosario. Fue uno de los 17 seleccionados para formar parte de una muestra fotográfica en el Centro Cultural Kirchner, en el marco del concurso "Movimientos Populares en Voz Alta" del Ministerio de Cultura de la Nación y el Proyecto Ballena 2021. "Desde chico tengo vinculación con el río Paraná. Lo recorro en las distintas estaciones, con bajante y con crecida. Cuando empecé a hacer fotos y mostrarlas, muchos me decían que no conocían toda esa vida natural, incluso personas que son de ir al río en Rosario. También comencé a ver cosas que irrumpen en la fisonomía del humedal; alambrados, vacas, terraplenes, maquinaria, y me puse a investigar sobre qué está permitido hacer y qué no en ese territorio. Me di cuenta de la falta de controles, que el humedal es tierra de nadie, o mejor dicho de unos vivos que hacen y deshacen según el negocio personal. Durante el 2020, pude hacer fotos aéreas del humedal y fui conectándome con las organizaciones ambientales que ya venían denunciando estos abusos. Ahí, pude entender porque está frenada la Ley de Humedales y que el problema de las quemas es solo la punta del ovillo", cuenta a Carbono News.

Desde hace años, organizaciones socioambientales y de la sociedad civil pujan por la sanción de una ley de presupuestos mínimos para la conservación, protección y restauración de los humedales, pero aún no se ha logrado la voluntad política para lograrlo.

Mirá también: "Con malas señales, Diputados recibió el petitorio por la Ley de Humedales"

"El 21,5% del territorio nacional es considerado humedal. La salud del humedal es nuestra salud; filtra el aire que respiramos, limpia el agua que tomamos, retiene nutrientes contaminantes, almacena carbono, hace que se desacelere el cambio climático, es una reserva de agua dulce, retiene crecidas y evita inundaciones. Es indispensable una Ley de Humedales porque si el Estado no regula el mercado, destruye y lo que se busca es regular las actividades productivas, no prohibirlas. Regularlas, para que la producción se adapte a las características ecológicas y esté al servicio de la reproducción de la vida y no de la multiplicación de las ganancias de unos pocos que ponen en riesgo a las generaciones futuras y someten al resto de la población a la pobreza y a la no salud", afirma a Carbono News Ivo Peruggino, activista e integrante de la Multisectorial de Humedales (MH), organización horizontal de ciudadanos autoconvocados que lleva adelante acciones de lucha, visibilización y pedagogía en el marco de la crisis climática. 

A su vez, están preparados para salir de emergencia a apagar incendios cuando está en riesgo la vida o la vivienda de los isleños que viven en el humedal.

Mirá también: "Políticos: rápidos para permitir edificios sobre humedales, lentos para dictar una ley que los proteja"

En agosto, junto a más de 50 kayakistas, la MH realizó una travesía histórica por tierra y por agua desde la ciudad de Rosario hasta las puertas del Congreso Nacional, exigiendo un plenario de comisiones para el tratamiento y sanción de una normativa que vele por el cuidado de los humedales. "Entramos al Congreso de la Nación y lamentablemente solo nos recibieron tres diputados de la comisión de ambiente, la que ya hizo lo que podía hacer por la ley. Lo que nos dijeron es lo que ya sabíamos: la ley no está saliendo y no va a salir, muy probablemente porque toca intereses y lobbies muy importantes (agro, inmobiliario, minero y forestal). Parece ser que los diputados están defendiendo más esos intereses que los del pueblo que los puso en las bancas. Para que la ley salga necesitamos el apoyo del Ejecutivo nacional. Más allá de las declaraciones en la prensa, en redes sociales y en Glasgow, donde escuchamos al presidente hablar de la Argentina Verde, necesitamos una muestra de apoyo concreto", detalla el activista.

Una ley que duerme en un cajón

Si bien en 2013 y en 2016 un proyecto de Ley de Humedales logró obtener media sanción del Senado, en ambas oportunidades perdió estado parlamentario por falta de tratamiento en la Cámara Baja. 

Para que la normativa llegue al recinto, debe ser tratada por las Comisiones de Agricultura y Ganadería, de Presupuesto y Hacienda y de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios. Hoy el proyecto, con dictamen favorable de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, está frenado en Agricultura y Ganadería, presidida por el legislador oficialista José Ruiz Aragón.

Mirá también: "30 años de la Secretaría y Ministerio de Ambiente de la Argentina: estuvieron en el cargo más políticos que especialistas"

"Técnicamente, el trámite parlamentario vence el 30 de noviembre. Sin embargo, el presidente puede prorrogar el periodo ordinario -que es lo que efectivamente hizo hasta el 31 de diciembre- o puede convocar a sesiones extraordinarias", explica Rafael Colombo, abogado miembro de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, en un vivo de Instagram con la Multisectorial.

"En ese contexto, podemos presumir que el dictamen de la Ley de Humedales también se prorroga. Por reglamento de la Cámara, se requiere que los proyectos tengan un tratamiento en comisiones diez días antes de que se delibere en Diputados. En principio, podríamos decir que el trámite parlamentario de la Ley de Humedales tiene una fecha de vencimiento que está cerca del 21 de diciembre de este año", sostiene Colombo. Asimismo, advierte que, si la ley pierde estado parlamentario no sólo se vuelve a foja cero, sino que, en un solo dictamen que hizo la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, se pierde el trabajo de síntesis de diez proyectos.

La sociedad civil no pierde esperanzas. Frente al silencio legislativo, la MH organizó un festival socioambiental el pasado 27 de noviembre frente al Monumento Nacional de la Bandera para darle aún más impulso al reclamo. "Somos muchos los que queremos y entendemos que se puede habitar el mundo de una manera más amable, sustentable y amorosa. Sabemos que, más temprano que tarde, la ley va a salir y no va a haber poder político que pueda detener estas transiciones. Justicia ambiental es justicia social. Nunca va a haber una sin la otra, porque en nuestro país coinciden los mapas de mayor pobreza con los mapas de mayor degradación ambiental", concluye Peruggino.