Por temor al repudio de sus fans, las celebridades ya no se exhiben tanto a bordo de sus aviones particulares
Muchas celebridades siguen sosteniendo un doble discurso: por un lado dan mensajes ambientalistas y por otro se desplazan en aviones o embarcaciones privadas que generan enormes cantidades de GEI.
No caben dudas acerca de que los viajes en avión son más cómodos y reducen el tiempo del recorrido. Pero, son también muy costosos y sumamente perjudiciales para el medio ambiente.
La mayoría de los famosos son defensores en público de la lucha contra el cambio climático hasta que tienen que elegir entre viajar en un avión comercial o privado.
Los vuelos chárter emiten globalmente más de 33 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año, una cantidad equivalente a las emisiones anuales de toda Dinamarca. Por ello, una empresa de marketing de Reino Unido llamada Yard ha elaborado un ranking de las emisiones de dióxido de carbono de los aviones privados de los famosos.
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La firma obtuvo estos datos de una cuenta de Twitter llamada "CelebJet", que se dedica a "supervisar" el consumo, el tiempo de vuelo, los destinos y las distancias que recorren las celebridades en sus jets privados.
De acuerdo con el ranking de Yard, el premio al famoso que más emisiones de CO2 ha producido en 2023 es para la artista estadounidense Taylor Swift, quien acumula más de 400 horas en vuelo en menos de nueve meses. Las noticias sobre sus nocivas emisiones "de lujo" fueron diseminadas por miles de medios a través de activistas climáticos.
La cantante pop se justificó señalando que ella a menudo presta o alquila su avión. Su representante confirmó esa versión en una nota otorgada a la revista Rolling Stone.
Para los ambientalistas, es grave que la artista estadounidense haya realizado 170 vuelos con tiempos de vuelo promedio de apenas 80 minutos. Uno de los mismos se realizó entre las cercanas ciudades de Missouri y Nashville. Duró apenas media hora.
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Para el público más joven hoy existe una nueva categoría que rivaliza con la de los vuelos "normales". Se trata de los vuelos "morales". Un vuelo es "moral" si la polución que produce encuentra cierto equilibrio y justificación en el objetivo del vuelo por la cantidad de pasajeros. Por ejemplo: si en un recorrido suben unos 500 turistas, se nota que se ha sacado el máximo partido a la excursión.
El piloto de jets particulares y aviones hidrantes, Ezequiel Sicardi, explica por qué tanta devoción por este tipo de movilidad vip: "Ahorran tiempo en los traslados y evitan conexiones. Los famosos viajan más cómodos y con mayor privacidad porque no tienen que ver antes, durante y al final de cada periplo a periodistas y fanáticos. Vuelan el día que quieren, a la hora que quieren y no tienen que sufrir demoras en las estaciones. Tienen un buen servicio en tierra y asistencia de Migraciones y Aduana "por requerimiento" (los oficiales se trasladan hasta los hangares). Pueden llegar a las pistas con veinte minutos de antelación y, si fuera un despegue internacional, apenas media hora de espera".
Los millonarios suelen inclinarse por los Large Jet, para más de ocho pasajeros, porque les otorgan una autonomía de más de 10 mil kilómetros. Se trata de trayectos intercontinentales.
En Argentina, los aviones privados tienen costos prohibitivos porque sus tarifas están completamente dolarizadas. Se comercializan por kilómetro volado:
- light jets, 3.5 dólares por kilómetro
- médiums jets, 4.5 dólares por kilómetro
- large jets, entre los 6 y 12 dólares por kilómetro
Como ejemplo, podemos decir que cada deportista o artista que se mueve por su cuenta desde nuestro país hasta Europa o los Estados Unidos suele abonar entre 100 mil y 120 mil dólares por esos desplazamientos.