La Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado y cambiado el mundo. Con aplicaciones en campos tan diversos como la medicina, la ingeniería, la industria o el entretenimiento, entre otros, nuestra relación con las máquinas ya no será nunca más la misma. Sin embargo, el creciente uso de la IA genera una nueva preocupación por su alto consumo energético y su impacto ambiental.