La urgencia de la crisis vs. el reloj político
En Belém, la presión crece por una hoja de ruta clara para eliminar combustibles fósiles y proteger a los pueblos indígenas
A menos de cien horas para el cierre de la COP30, la cumbre climática entra en su recta final marcada por una tensión palpable: la exigencia de acciones inmediatas por parte de la sociedad civil, especialmente por los pueblos originarios, que choca con la velocidad de la diplomacia internacional. La inminente llegada del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sumada a la presencia ministerial, pone el foco en la necesidad de acuerdos concretos, mientras el debate se centra en dos pilares fundamentales: el abandono de los combustibles fósiles y la protección territorial indígena.
La voz indígena impone un triunfo crucial
En medio de las tensas negociaciones, el movimiento indígena logró una victoria política significativa con el anuncio del Gobierno brasileño: un Paquete de Tierras Indígenas que avanza en la demarcación de 20 territorios ancestrales. Esta medida no solo es un gesto de reconocimiento histórico, sino un acto de acción climática directa, dado que los pueblos originarios protegen mil millones de hectáreas de bosques tropicales.
No obstante, esta celebración se ve empañada por la cruda realidad de la violencia fronteriza. El asesinato reciente del guaraní-kaiowá Vicente Fernandes en Brasil y el aumento de la violencia en la triple frontera amazónica (Colombia, Ecuador y Perú) -impulsado por el narcotráfico y la minería ilegal- resalta la urgencia de proteger a los líderes y lideresas sociales, quienes son guardianes clave de los ecosistemas más vitales del planeta.
El mutirão y el dilema fósil
La Presidencia de la COP30 ha lanzado un llamado de emergencia, el plan "Mutirão", pidiendo a los negociadores cerrar el "Paquete Político de Belém" antes del miércoles. El objetivo es desatascar temas controversiales como las finanzas y los informes de transparencia para dejar servida la principal decisión del viernes: una hoja de ruta clara para abandonar los combustibles fósiles.
Este punto es el más resistido, impulsado por una cifra récord de 531 lobbistas de combustibles fósiles presentes en la cumbre. Un análisis del Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL) advierte sobre el uso de la Inteligencia Artificial (IA) por estos grupos para promover tecnologías como la Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS), buscando presentar la expansión petrolera como "innovación" y sembrando confusión en el debate climático.
América Latina acelera la ambición
Dos países de América Latina dieron un paso adelante en ambición climática:
- México publicó su tercera Contribución Nacionalmente Determinada (NDC 3.0) con mayor ambición, trayectorias sectoriales más claras y un nuevo componente de daños y pérdidas, separándolo de la agenda de adaptación.
- Costa Rica presentó su NDC 2025-2035 con una meta de reducción del 53% respecto al escenario sin medidas para 2030, enfocándose en inversiones en infraestructura resiliente, gestión de riesgos y seguridad alimentaria.
Mensaje Papal y Reflexiones Críticas
El Papa León XVI intervino con un mensaje contundente: "No es el Acuerdo [de París] el que está fallando, sino nuestra respuesta. Lo que está fallando es la voluntad política de algunos."
La crítica fue complementada por líderes de la región:
- Susana Muhamad (exministra de Colombia) advirtió que no incluir a los más afectados facilita que la extrema derecha califique la acción climática como un "tema elitista".
- Armando Rodríguez Batista (ministro de Cuba) denunció que las medidas coercitivas unilaterales limitan el acceso a financiación internacional, encareciendo la inversión baja en emisiones.
Con la cuenta regresiva en marcha, la COP30 se juega la credibilidad en su capacidad de transformar las "cartas, cartas y más cartas" en compromisos vinculantes que aseguren la supervivencia de los pueblos más vulnerables y el abandono definitivo de la era de los combustibles fósiles.






