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Cinco datos sobre las energías renovables

Las energías renovables son fundamentales para tratar de revertir el cambio climático

La producción de energía mediante la quema de combustibles fósiles con el objetivo de obtener calor y electricidad genera una gran cantidad de emisiones a nivel global. Según datos del Banco Mundial, los hidrocarburos como el carbón, el petróleo y el gas son los mayores responsables con el 75% del total de emisiones globales de gases de efecto invernadero y cerca del 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono.

La ciencia lo indica claramente: para evitar los impactos negativos del cambio climático, es necesario reducir las emisiones a casi la mitad en 2030 y alcanzar el cero neto en el año 2050. Esto significa abandonar la dependencia de los combustibles fósiles e invertir en fuentes de energía alternativas que sean limpias, accesibles, asequibles, fiables y sostenibles.

Más del 80% de la producción de energía en todo el mundo es producto de la quema de combustibles fósiles, aunque cada vez se utilizan más fuentes de energías limpias. Cerca del 29% de la electricidad global proviene de fuentes renovables.

Foto: Unplash

A continuación, se indican cinco motivos señalados por las Naciones Unidas (ONU) que muestran la conveniencia de acelerar el ritmo hacia una transición a energías limpias preparando el camino hacia un planeta más sano y habitable: 

  1.  Las energías renovables están a nuestro alrededor: Cerca del 80 % de la población mundial, 6000 millones de personas, vive en países que son importadores netos de combustibles fósiles, lo que los torna vulnerables, tanto a las crisis energéticas como a los impactos geopolíticos. Por otro lado, en todos los países existen fuentes de energías renovables desaprovechadas. La Agencia Internacional de Energías Renovables (o IRENA, por sus siglas en inglés) calcula que el 90% de la electricidad mundial puede, y debe, tener su origen en las energías renovables para el año 2050. Las renovables ofrecen una solución ante la dependencia de las importaciones. Esto les permite a los países diversificar sus economías y protegerse frente a las fluctuaciones inesperadas en los precios de los carburantes fósiles al tiempo que impulsan un crecimiento económico inclusivo, la creación de nuevos puestos de trabajo y una disminución de los rigores de la pobreza.

  2. Las energías renovables son más baratas: Actualmente, las energías renovables suponen la opción más asequible en la mayor parte del mundo. Los precios disminuyen con rapidez. El costo de la electricidad proveniente de la energía solar cayó alrededor del 85% entre los años 2010 y 2020. Los relacionados con la energía eólica, en tierra y en alta mar, bajaron cerca de un 56% y un 48%, respectivamente. Esta caída de los precios hace que las energías renovables sean más atractivas, incluso para los países con rentas medias o bajas. En 2030, las fuentes renovables podrían aportar el 65% de todo el suministro de energía eléctrica a escala mundial. Y para el año 2050, se podría descarbonizar el 90% del sector energético, lo que supondría un recorte masivo de las emisiones de carbono y ayudaría a mitigar los efectos del cambio climático. Aunque la energía solar y la energía eólica suponen un gasto más elevado en 2022 y 2023 (en comparación con los niveles anteriores a la pandemia, debido a una subida general de los costos en el transporte y los bienes de consumo) su competitividad está mejorando debido a subas en los precios del gas y el carbón, tal como declara la IEA.

  3. Las energías renovables son más sanas: De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 99% de las personas del planeta respiran un aire que no alcanza los límites de calidad adecuados, con grave riesgo para su salud. Cada año, en todo el mundo, se registran más de 13 millones de muertes provocadas por problemas ambientales evitables, como la contaminación del aire. Los niveles perjudiciales de pequeñas partículas en suspensión y de dióxido de nitrógeno y de azufre (NOX y SOX) se deben principalmente a la quema de combustibles fósiles. En 2018, esta contaminación originó un gasto económico y en salud que ascendió a 2,9 trillones de dólares, alrededor de 8000 millones de USD diarios.

  4. Las energías renovables crean nuevos puestos de trabajo: Cada dólar invertido en renovables es capaz de crear tres veces más puestos de trabajo que el sector de los combustibles fósiles. La IEA prevé que la transición hacia emisiones cero netas llevará a un aumento generalizado de la demanda de personal en el sector energético: aunque se perderían cerca de 5 millones de puestos de trabajo relacionados con la producción de combustibles fósiles hacia el 2030, se crearían unos 14 millones de nuevos puestos destinados a la producción de energías limpias, lo que equivale a un aumento neto de 9 millones de puestos de trabajo. Además, los sectores energéticos relacionados podrían necesitar unos 16 millones de trabajadores, para, por ejemplo, cubrir nuevos puestos en la fabricación de vehículos eléctricos y en aparatos hiper eficientes o, incluso, en el desarrollo de tecnologías innovadoras como el hidrógeno verde. Esto significa que podrían crearse más de 30 millones de puestos de trabajo gracias a las energías limpias y las tecnologías de bajas emisiones para el año 2030.

  5. Las energías renovables son razonables en términos económicos: En 2020, se gastaron cerca de 5,9 trillones de USD en subvenciones al sector de los combustibles fósiles, incluidas ayudas explícitas, rebajas fiscales y daños ambientales y en la salud. La inversión que debería realizarse cada año en energías renovables al 2030 (para lograr emisiones cero netas al 2050) sería menor, alrededor de 4 trillones de USD. Este costo inicial puede resultar desalentador para muchos países que carezcan de los recursos suficientes, por lo que muchos necesitarán de ayuda financiera y técnica para llevar a cabo la transición. Sin embargo, las inversiones en energías renovables tendrán su compensación. Solo la reducción de la contaminación y del impacto negativo sobre el clima podría llegar a ahorrarle al mundo hasta 4,2 trillones de USD cada año en 2030.

Tecnologías más eficientes y fiables en energías renovables pueden mejorar la resiliencia y la seguridad energéticas mediante la diversificación de las opciones de suministro energético creando un sistema menos vulnerable a los impactos en los mercados.


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