Botellas de amor: cómo hacerlas y por qué son clave en la economia circular
Tiene como fin reciclar los plásticos de un solo uso y convertirlos en madera plástica.
Estas botellas de plástico rellenas con pedacitos de ese material son cada vez más conocidas. Son fáciles de hacer, coloridas y hasta divertidas, en especial para los más chicos. Además, es una manera de reciclar y ayudar al medio ambiente. Las "botellas de amor" tienen la función de reciclar los plásticos de un solo uso y convertirlos en muebles de maderas plásticas.
Botella de amor rellena de plásticos de un solo uso (Foto: Instagram @botelladeamor)
Botella de amor es una entidad sin ánimo de lucro y se dedica al desarrollo sostenible y "mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades", según afirman en su cuenta de Instagram.
Juegos para chicos, huertas, pisos y otros muebles son el resultado de las botellas transformadas (Foto: Instagram @4e_maderaplastica)
Con estas botellas, otro emprendimiento llamado 4e Madera Plástica genera muebles que luego son vendidos o donados. Por lo tanto, esta iniciativa ayuda a la economía circular ya que da trabajo y ayuda al medio ambiente.
Los plásticos de un solo uso deben ir limpios y secos (Foto: Instagram @botelladeamor
Su objetivo es concientizar y que más personas se sumen a hacer estas botellas de "amor" para disminuir el impacto ambiental. Hay muchos puntos para dejar estas botellas en varias provincias, localidades y barrios del país, en especial, en Buenos Aires, y figuran todos en su sitio.
Cómo hacer tu propia botella de amor:
Agarrar una botella de plástico de cualquier medida y rellenarla con trocitos de plásticos de un solo uso: etiquetas, paquetes de galletitas, de comida, etc. Tienen que estar todos muy apretados así que es conveniente ayudarse con una cuchara de madera o palo. ¡Todo limpio y seco!
Llevarla a un centro de acopio
A partir de este momento, comienza la transformación:
La fundación Botella de amor las recoge y se las da al emprendimiento 4e Madera Plástica
Por último, las convierten en muebles que luego son vendidos y un porcentaje de estos vuelven a la fundación y los dona como juegos para chicos.
Algunos municipios, como el de San Fernando o San Isidro, ONG, empresas y hasta clubes de fútbol se sumaron al proyecto.