Madrid y su ejemplo en repartos urbanos sostenibles

Madrid, capital española, figura séptima en el ranking de urbes más contaminadas de Europa de acuerdo a un estudio realizado por la consultora "Living-Moving-Breathing" para Greenpeace.

Por ello, debió restringir el ingreso de vehículos con motores a combustión, con un sistema que los organiza según el día de la semana y los números de las patentes de los coches.

Actualmente, el mayor peligro para la salud de los madrileños es el aire que respiran. Distintas mediciones del ayuntamiento local establecieron que el dióxido de nitrógeno, proveniente de los tubos de escapes de los vehículos, es la principal causa de envenenamiento a nivel pulmonar.

Teniendo en cuenta este panorama, la startup "Mensos" creó en Madrid el primer centro de mensajería urbana sostenible para evitar la entrada masiva de vehículos de combustión y conseguir una mayor eficacia en la entrega de pequeños envíos.

Los paquetes que llegan procedentes del comercio virtual se almacenan en un gigantesco depósito en el centro de la ciudad y se preparan para su posterior distribución en bicicletas, triciclos y motos eléctricas.

Es sostenible y cuenta con la última tecnología en materia de software de gestión y trazabilidad.

Las bicicletas de Mensos son muy especiales: ostentan una capacidad de carga de nada menos que 100 kilogramos. El reparto de dos bicicletas de Mensos equivale al de una tradicional furgoneta de combustión.

Cada unidad callejera cuenta con tecnología de geo-localización y trazabilidad de las mercancías transportadas.

Además, la empresa garantiza el control de la cadena de frío para que los fármacos o determinadas comidas no se vean afectadas.

Esta startup tiene a sus repartidores anotados, en blanco. Los trabajadores se desempeñan dentro de las leyes laborales ibéricas a diferencia de la mayoría de los servicios de este tipo en Latinoamérica, que consideran "autónomos" a sus propios ciclistas.