Ambiente y naturaleza
Mendoza

Tras una larga espera, las elefantas Pocha y Guillermina llegaron al santuario de Brasil

Ambas hicieron un extenso recorrido por tierra que duró cinco días desde la provincia de Mendoza. Una historia de cambios de paradigma, transformaciones y aprovechamiento político.

redaccion@carbono.news

Cuyo no es una región que ofrezca condiciones dignas para un elefante. De hecho, Argentina no lo es. Pero hubo un tiempo en el que se promocionaban los zoológicos como una manera de que la gente pudiera ver de cerca "especies exóticas". Este concepto ya vetusto de conocimiento de los animales no valoraba si las condiciones de cautiverio garantizaban su bienestar. Ese fue durante más de cien años el caso del zoológico de Mendoza, antes de convertirse en Ecoparque. Allí vivían hasta hace una semana, las elefantas Pocha y Guillermina, en un espacio no adecuado para ellas.

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Tras muchos años de espera, Pocha y Guillermina fueron trasladadas a un santuario que promete ofrecerles las condiciones necesarias para su subsistencia. Para llegar a esta instancia, hubo que recorrer un largo camino.

De zoológico a Ecoparque

El ex zoológico de Mendoza fue creado en 1903, durante la gestión del gobernador José Galigniana Segura. Por entonces, casi no se hablaba de los derechos de los animales y estos espacios de encierro eran aceptados con naturalidad aunque, en la mayoría de los casos, poco tuvieran que ver con el hábitat de las especies. La exhibición de animales exóticos y foráneos fue una atracción para las miles de personas que visitaron el parque emplazado en la ladera este del Cerro de la Gloria durante más de un siglo.

Poco a poco, se fue incrementando el número de ejemplares lo que, consecuentemente, derivó en hacinamiento y en peores condiciones hasta que, por fin, en diciembre de 2016, la Legislatura Provincial sancionó la Ley 8945 que ponía fin al zoológico y creaba la Dirección Ecoparque Mendoza con el objetivo de promover la protección de la flora y fauna autóctonas a través de programas de conservación e investigación; recibir, rehabilitar y derivar fauna proveniente de procedimientos de aplicación de las leyes de protección de fauna y educar a los visitantes del lugar, abogando por el bienestar animal.

Mariana Caram, directora del Ecoparque, junto al Secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial Humberto Mingorance y el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez (Foto: Secretaría de Ambiente de Mendoza)

La intención fue reemplazar el concepto de "muestrario de animales" del antiguo Zoológico por el de "protección de todas las formas de vida y, en particular, de las especies autóctonas en peligro de extinción".

Bajo ese concepto, los animales exóticos o autóctonos de otras zonas del país son derivados, en la medida de lo posible, a lugares especializados que les provean una mejor calidad de vida y un clima y hábitat acordes a las necesidades de su especie. De acuerdo a información proveniente de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Territorial de Mendoza, "entre las derivaciones más épicas podemos mencionar el traslado de Cecilia, la chimpancé, al Santuario de 'Proyecto Gran Simio', en Brasil; el traslado de Salteña y Chupino, dos leones africanos, a 'The WildCat Sanctuary', en Estados Unidos; el reciente traslado de Mabel, Sorpresa, Julieta, Rosa y sus hermanas Esperanza y Libertad, Athila, Fausto, Buko y Yogi, diez osos pardos, a 'The Wildlife Animal Sanctuary', también en Estados Unidos; el traslado de tres tucanes a la Reserva Natural 'Horco Molle', en la Provincia de Tucumán, en el norte argentino; el traslado de dos tapires y más de 80 pecaríes de collar al Parque Nacional Iberá, en la Provincia de Corrientes, también en el norte argentino".

En noviembre de 2019, la totalidad de los osos pardos del ex zoológico fueron trasladados a "The Wild Animal Sanctuary", en Estados Unidos (Foto: Secretaría de Ambiente de Mendoza)

También de acuerdo a esa información, "la población de animales, a diciembre de 2021, estaba integrada por 1708 individuos de los cuales el 39.3% corresponde a especies autóctonas mendocinas, el 25% a especies exóticas, el 23.2% a especies de corral y el 12.5% a especies autóctonas argentinas".

Ahora, a las dos elefantas les llegó el momento de ir en busca de un mejor porvenir.

La historia de Pocha y Guillermina

Pocha y Guillermina son madre e hija. La primera de ellas tiene 56 años y llegó a Mendoza proveniente de Londres. La otra tiene 24 años y nació en Mendoza. La familia de estas elefantas asiáticas se completa con Tamy, padre de Guillermina, que se quedó en Cuyo a la espera de su traslado junto a Kenya, una elefanta africana.

Desde la página web de la Secretaría de Ambiente de la provincia, reconocen que "la bibliografía científica advierte firmemente sobre las vulnerabilidades en general que propicia el cautiverio en los elefantes, que padecen enfermedades físicas y psicológicas que no se observan en el ambiente salvaje. A pesar de recibir atención veterinaria, los elefantes en cautiverio sufren ampliamente la falta de libertad, movimiento, interacción con congéneres, lo que los hace más propensos a desarrollar obesidad, artritis, problemas en las patas y trastornos reproductivos y psicológicos. Además, pueden desarrollar una variedad de comportamientos anormales, como balanceo estereotípico". Por eso, desde hace tiempo trabajan en el traslado de estos y de otros animales.

Pocha y Guillermina vivieron en el ex zoológico de Mendoza durante muchos años (Foto: Secretaría de Ambiente de Mendoza)

En marzo de 2017, la Fundación Franz Weber (FFW) posibilitó la visita de Scott Blais, un hombre que se dedica a rescatar elefantes en cautiverio, al Ecoparque de Mendoza para diagramar las tareas in situ necesarias en el acondicionamiento de los animales para el traslado al Santuario.

Recién en agosto de 2020, el gobernador Rodolfo Suarez firmó un convenio con el Santuario de Brasil y desde entonces, estos grandes mamíferos se prepararon para su mudanza. "Entendemos que el mundo está cambiando de paradigma y los animales no merecen ser un objeto de exhibicionismo para el entretenimiento de los demás", dijo el mandatario provincial por entonces.

Tras esto, en marzo de 2021, llegaron los contenedores para el traslado. Los animales debían finalizar el período de cuarentena a finales de abril y, entonces, estarían en condiciones de viajar. Sin embargo, eso no sucedió, a pesar de que las autoridades ya contaban con los permisos y las certificaciones correspondientes para sacar a las elefantas del país, según un dictamen que había establecido la Unidad Fiscal de Investigación en Temas de Medio Ambiente (UFIMA).

Pocha y Guillermina esperaron muchos años para llegar al Santuario (Foto: Secretaría de Ambiente de Mendoza)

El evento se concretó recién en 2022, no exento de polémicas, dado que el lugar elegido para llevar a las elefantas es el Santuario de Elefantes Brasil, una organización sin fines de lucro que, según dicen las autoridades locales, ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. Este lugar fue creado en 2012 a partir de la alianza internacional entre Elephant Voices y Scott Blais, cofundador de The Elephant Sanctuary, en Tennessee, Estados Unidos. Esta alianza dio lugar a Global Sanctuary for Elephants que, en 2013, sentó las bases de la Asociación SEB en suelo brasileño.

El santuario obtuvo la habilitación de operación por parte del gobierno brasileño en 2018. Y, recientemente, certificó estándares de excelencia por parte de The Global Federation of Animal Sanctuaries, convirtiéndose en la única institución latinoamericana con este aval.

Sin embargo, en febrero de 2022, tras una visita al vecino país de la Brigada de Control Ambiental (BCA), el ministerio de Ambiente de la Nación puso en duda que se tratara de un santuario. De acuerdo a lo comunicado por entonces, las autoridades del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) constataron que el espacio donde vivirían las elefantas no se encontraba registrado como santuario, sino que estaba caracterizado como criadero.

Tras las chicanas y las idas y vueltas a través de las redes sociales entre funcionarios, el asunto se solucionó pocos días después, cuando la provincia obtuvo los permisos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites).

Por fin llegaron al santuario

Luego de años de trabajos conjuntos entre los veterinarios y empleados del Ecoparque y los especialistas en Brasil, ambas elefantas emprendieron un viaje de 3.600 kilómetros que se extendió por cinco días, desde Mendoza hasta el santuario que se ubica en el estado de Mato Grosso, en la república vecina.

Por estos días, ya nadie puede discutir sobre la crueldad de la exhibición o del aprovechamiento de animales exóticos en condiciones miserables. Sin embargo, podría decirse que se llegó a convertir el viaje en un espectáculo, hasta el punto de convocar a los vecinos a las calles y elaborar un recorrido específico de los camiones para "despedirlas". Incluso, pareció que, durante algún tiempo, estos animales quedaron en medio de la "grieta política".

Pero al parecer, todo eso ya es historia. Este jueves, Pocha y Guillermina arribaron al Santuario del Mato Grosso, donde esperan recibir los tratos adecuados y aguardan la llegada de los otros dos ejemplares que aún se encuentran en Mendoza. Según informaron fuentes de Ambiente de Mendoza a Carbono.news, todavía no hay una fecha prevista para que cambien de lugar, "pero está dentro de los planes de este año".

En el santuario, las recibió un equipo de profesionales y Humberto Mingorance, secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza, que celebró: "Después de seis años de trabajar incansablemente junto a todo el equipo del Ecoparque, la directora, Mariana Caram, los diversos organismos y organizaciones que nos acompañaron y todo el apoyo de la sociedad, hoy se cumple una de las metas más importantes en la gestión que es volver a darles una vida digna Pocha y Guillermina, como lo venimos haciendo con los más de mil animales que ya hemos trasladado del Ecoparque a diversos santuarios, reservas y espacios aptos para garantizar una vida digna".

En tanto, la directora del Ecoparque Mendoza, Mariana Caram, resaltó el trabajo de todos los equipos "que nunca bajaron los brazos y asumieron retos únicos".

Las elefantas ya están en Brasil. Las últimas imágenes difundidas por Global Elephants, muestran a Pocha alegre, recibiendo baños de polvo. Desde hoy, ambas empezarán a disfrutar de las más de 1500 hectáreas para convivir con otros de su especie. Solo queda dar seguimiento y abogar para que se cumplan sus derechos.

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