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Seguridad alimentaria

La soja y el maíz, amenazados por el aumento combinado de calor y sequía

Nature Food publicó un reciente informe en el que se advierte el impacto negativo para la agricultura de la combinación de calor y sequía. Caídas de más del 20%, tendencias en alza de los precios de los cultivos y un serio retroceso en seguridad alimentaria, son algunas de las fatales consecuencias.

Según informa un estudio recientemente publicado en Nature Food: "Los episodios de calor y sequía podrían coincidir más a menudo debido al cambio climático, con consecuencias negativas para la agricultura". Si bien el rendimiento de los cultivos suele disminuir durante periodos de ascenso de la temperatura, la combinación de calor y sequía enciende todas las alarmas por los efectos desmesurados que puede acarrear.

En este escenario de temperatura creciente y de pérdidas consecuentes, los cultivos principalmente señalados por las disminuciones adicionales en su rendimiento son el maíz y la soja. Según detalla el informe, la caída en el rendimiento de estas fuentes de alimento representa 20% en algunas partes de Estados Unidos y de hasta el 40% en Europa oriental y el sureste de África. En los lugares donde los climas fríos limitan actualmente el rendimiento de los cultivos, como en el norte de EE.UU., Canadá y Ucrania, los efectos combinados del aumento de las temperaturas y la disminución del agua pueden disminuir las ganancias de rendimiento previstas por el calentamiento.

El cultivo de maíz es uno de los más amenazados por la combinación calor-sequía. 

Si bien los análisis precedentes advertían sobre el impacto del aumento de la temperatura en la agricultura, no se había profundizado sobre el potencial de los efectos compuestos del calor y la disponibilidad de agua en los cultivos alimentarios.

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Repasando números históricos, los rendimientos del maíz y la soja eran aproximadamente un 40% más sensibles al calor en los lugares en los que el calor va acompañado de condiciones de sequedad, en comparación con las tierras de cultivo en las que un clima más cálido no implica menos agua. Esto es posible debido a que el poder de secado del aire caliente tiene un impacto en la capacidad de absorción de los cultivos y a que la tierra seca no puede enfriarse con la evaporación y se calienta especialmente bajo los rayos del sol.

Este tipo de impactos, a diferencia de la soja y del maíz, fueron menos importantes para otros cultivos, como el trigo o el arroz.

El impacto del calor y sequía en los cultivos amenaza seriamente la seguridad alimentaria. 

Corey Lesk, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente (DEES), del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty (LDEO), y primer autor del estudio, explicó: "Nuestro estudio descubre un nuevo riesgo para la producción de cultivos derivado del calentamiento del clima que, en nuestra opinión, se pasa por alto en las evaluaciones actuales. A medida que el planeta sigue calentándose, el agua y el calor pueden interrelacionarse más fuertemente en muchas regiones, haciendo que las sequías sean más calientes y las olas de calor más secas. Las plantas carecerán cada vez más de agua cuando más la necesiten, e históricamente esto ha sido especialmente perjudicial para los cultivos."

Respecto de los desafíos por delante que pone de manifiesto el estudio, el especialista afirmó: "Lo más importante es que nuestro estudio debería ser una motivación para adaptar nuestros cultivos y nuestra forma de cultivar a los extremos que colisionan y a los impactos que se agravan. Por ejemplo, necesitamos nuevas variedades de cultivos que resistan el aumento de las temperaturas, pero esto no puede ir en detrimento de su tolerancia a la sequía. Porque es importante para todos, los gobiernos y las grandes empresas de semillas deberían ser transparentes sobre sus planes de adaptación de la agricultura al calentamiento climático".

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El estudio es un llamado a la acción urgente ya que sin una fuerte y rápida reducción de las emisiones, los alimentos esenciales para la vida podrían verse cada vez más afectados por los extremos climáticos compuestos. Asimismo, este escenario podría desencadenar aumentos en los precios de dichos cultivos y hacer tambalear el derecho a la seguridad alimentaria. 

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