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Nuevo Parque Nacional Ansenuza, en Córdoba: un triunfo de la biodiversidad

Argentina celebra un refugio para la biodiversidad de aves y otras especies y un ecosistema clave para la conservación de la biodiversidad sudamericana.

Desde principios de mayo, aquellos que paseen por la provincia de Córdoba podrán visitar el nuevo Parque Nacional Ansenuza, que contiene el lago salado más grande de América del Sur y el quinto más grande a nivel mundial. Ansenuza se une a los dos Parques Nacionales existentes, la Quebrada del Condorito y el Parque Nacional Traslasierra. Córdoba pretende colocarse como un destino para el turismo sustentable y un polo de conservación importante para el país y la región.

Parinas chicas (Foto: Pablo Rodriguez Merkel)

Pura naturaleza

El Parque Nacional -de un millón de hectáreas- comprenderá la laguna Mar Chiquita y los Bañados del Río Dulce. Este ecosistema contiene ríos, lagunas permanentes y temporales, vegetación arbustiva, bosques del tipo chaqueño y espinales, salinas, pastizales y sabanas inundables. 

Parque Nacional Ansenuza (Foto: Juan Carlos Mendoza)

"Todo ellos forman parte de una sola unidad ecológica y suponen un lugar de alto valor ecológico, económico, cultural, científico y recreativo y un sitio clave para la biodiversidad mundial y sobre todo para las aves migratorias", afirman de Aves Argentinas, la ONG ambiental más antigua de Latinoamérica, impulsora de la creación del Parque Nacional junto a la Provincia y con el apoyo de la municipalidad de Miramar de Ansenuza y el soporte económico de la Fundación filantrópica Wyss.

Clave para la conservación

Oso melero (Foto: Pablo Rodríguez Merkel)

Las especies de Ansenuza, las aves, los mamíferos, los reptiles, anfibios e insectos, desempeñan importantes roles ecológicos: conectan los ambientes cercanos, controlan las plagas que puedan amenazar la supervivencia de algunas especies y dispersan semillas por lo que ayudan a que el bosque se expanda y se mantenga.

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"Cada una de las especies de fauna y flora que habitan aquí es primordial para el funcionamiento y la conservación de la región", afirma la ONG ambientalista.

"El buen estado de los bañados de la región norte es crucial en términos de regulación de las inundaciones y como hábitat de una importante biodiversidad", agregan.

Puma (Foto: Pablo Rodríguez Merkel)

Algunas de las especies más emblemáticas son los flamencos, el puma, el oso melero, el pecarí, el lagarto overo, entre otras.

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Según Aves Argentinas, la degradación del monte nativo, la tala, la caza ilegal, los posibles problemas en cuanto al manejo del curso del agua, la reducción de humedales, la contaminación o el turismo no sustentable son algunas de las amenazas a las que se enfrenta el Parque.

Refugio de aves de Sudamérica

En Ansenuza se encuentra el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en Argentina, y se concentran más de 320 especies de aves, casi el 36% de las aves del país.

Parinas y bandada de faralopos (Foto: Pablo Rodas)

En la Laguna de Mar Chiquita habitan las tres especies de flamencos que existen en América del Sur. La especie más abundante, con hasta 350.000 individuos, es el flamenco austral, que se le podrá ver durante todo el año. El flamenco andino, considerado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como "vulnerable" y la parina chica categorizada como "casi amenazada" visitarán el Parque en invierno desde las lagunas altoandinas de Argentina, Chile y Bolivia.

También, aves playeras migratorias llegan a la laguna Mar Chiquita, donde encuentran alimento y refugio al frío invierno de la región norteamericana, desde donde migran todos los años. Una de las más abundantes, hasta 600,000 individuos, es el falaropo común o chorlito nadador.

Las aves acuáticas también están presentes en las costas de la laguna, en abundancia y variedad: el cisne coscoroba, tero real, gaviota capucho café, biguá, garza blanca, garza mora son algunas de las que alberga Mar Chiquita.

Tero real ( Foto: Pablo Rodríguez Merkel)

Fuera del agua, en la la vegetación de las orillas de los ríos, habitan especies como el doradito pardo, el tachurí siete colores, el varillero ala amarilla y la gallineta común. Sin desmerecer el bosque chaqueño, donde habitan cientos de especies como la bandurrita chaqueña, la charata, el carpinterito común entre otras muchas especies.

"Esperamos que este nuevo parque se traduzca en una verdadera oportunidad para los habitantes de la región, tanto en materia de servicios ecosistémicos que ofrece el sitio como para el desarrollo de nuevas fuentes de trabajo a través de economías diversificadas, sólidas y sustentables", concluyó Hernán Casañas, Director Ejecutivo de Aves Argentinas.

A pesar de que falta la sesión de jurisdicción ambiental y la promulgación de la ley de creación del Parque - dos pasos que pueden demorar meses- , los interesados esperan completar los trámites este año.

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