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Arabia Saudita quiere reemplazar el petróleo y crear una nueva Dubai, ¿espejismo y realidad?

Invertirán casi 500.000 millones de dólares en mega proyectos asociados al turismo y la ecología.

El oro negro convirtió a Arabia Saudita por décadas en una verdadera potencia mundial. Sin embargo, hoy se encuentra al borde de un precipicio económico, cerca de un colapso con mayúsculas.

Concretamente, podría transformarse en la próxima Venezuela debido a la llegada del fin de la era de los hidrocarburos. El crudo representa el 90% de sus exportaciones y su perspectiva es declinante en cuanto a valores en casi todos los escenarios que se plantean.

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Los índices de desocupación entre los jóvenes sauditas trepa hasta el 65% (dos de cada tres menores de 30 años está desempleado). Solamente el 20% de los estudiantes universitarios elige carreras con orientación técnica. El 80% restante se dedica a la teología, el idioma árabe, la filología, las artes y las ciencias sociales. El resultado es catastrófico: apenas el 12% de los egresados trabaja fuera de la órbita estatal.

Ante este complicado panorama, en lugar de preferir la austeridad propia de tiempos de vacas flacas, los saudies optaron por el despilfarro en una apuesta por demás arriesgada con altos costos fiscales: en apenas cinco años debieron triplicar impuestos como el IVA local para poder sustentar sus excentricidades.

De la mano del príncipe Bin Salman, líder absoluto de un gobierno autocrático, tratan actualmente de modernizarse y diversificarse. Para lograrlo, piensan invertir casi 500.000 millones de dólares en mega proyectos asociados al turismo y la ecología.

  • Parques jurásicos con dinosaurios robotizados.
  • Islas artificiales en el Mar Rojo.
  • Una luna artificial que impulsará olas marinas que brillarán durante la noche.
  • Una ciudad completamente nueva llamada Neom erigida desde cero en pleno desierto y con una dimensión 30 veces superior a Nueva York.
  • Autos voladores para obviar las grandes rutas y carreteras.
  • Plantas de desalinización del agua en gran escala.
  • Cientos de miles de pequeñas pantallas solares y cientos de aerogeneradores.
  • Monumentales domos para la práctica de egames y esports.

Quieren sumarle a la tradicional Meca islámica una meca económica y tecnológica, alejada de las cuestiones religiosas. Imaginan una gran "Las Vegas sin casino ni alcohol" para supuestos millones de viajeros que llegarían desde distintas partes del mundo, como ocurre en Dubai, la principal joya de los Emiratos Árabes.

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Neom será, si logra finalmente plasmarse, un enorme paraíso fiscal en el Golfo Pérsico, accidente por donde pasa el 20% de los buques de carga del planeta.

Los históricos dueños de los yacimientos más productivos y contaminantes del mundo intentan cambiar su viejo paradigma por un proyecto que sería neutral en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero.

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