Ambiente y naturaleza
Aguas soberanas

Se acerca el fin del "juego del calamar" en aguas argentinas: pocos ganan y casi todos pierden

Más de trescientas embarcaciones extranjeras se encuentran pescando en el límite de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina

La ZEE argentina se encuentra actualmente amenazada por cientos de barcos de bandera extranjera. Esas aguas soberanas están reservadas para la pesca de los buques argentinos, pero más de trescientas embarcaciones chinas, coreanas, taiwanesas, españolas y portuguesas pescan a diario pegadas al límite. Cada barco retira del mar entre diez y veinte toneladas de calamar por día, causando estragos en una especie que ya se encuentra sobreexplotada. La gigantesca flota transnacional llegó al Atlántico Sur a principios de 2022, después de haber incursionado en el Pacífico.

La temporada de captura se extiende desde enero a mayo por lo que el "trabajo" de los asiáticos y europeos está a punto de terminar.

Mirá también: "Pesca ilegal: los mitos y las modas "de élite" detrás del tráfico de órganos de animales marinos"

Consultado por Carbono.news, el investigador Roberto Matura advirtió: "Estas naves vienen de depredar el llamado calamar de Humboldt en las costas de Chile, Perú y Ecuador. Es una especie gigante, de más de un metro de largo y un peso de 15 a 25 kilos cada pieza. Se extrae con redes especiales de acero, por las importantes dimensiones que tiene. Por lo general, los invasores no respetan las fronteras. A menudo, se meten en la ZEE cuando ven que el cardumen se corre hacia nuestras costas. Como el volumen de barcos es tan notable, los patrulleros argentinos están en clara condición de inferioridad. Se estima que, solamente con este tipo de ejemplares, los invasores se llevan recursos valuados en 250 millones de dólares".

Estas embarcaciones "visitantes" tienen una relación muy compleja con el medio ambiente. A menudo, no cuentan con tratamientos especiales para la basura o los combustibles desechados. "Las descargas que generan las salas de máquinas no van a un tanque especial, que se derive a un camión especial en tierra. Tiran todo al agua salada sin miramientos: aceites, líquidos de amoniacos que se utilizan en la refrigeración, purgas de tanques de combustibles, etc. El impacto sobre la biomasa es enorme. Se genera una gran polución por la gran cantidad de buques que flotan a poca distancia unos de otros" detalló Maturana.

Los barcos pesqueros extranjeros en el límite de la Zona Económica Exclusiva de Argentina (Foto: Greenpeace)

Otro de los aspectos cuestionables es el de los "buques-madre". Se trata de gigantescos congeladores que reciben la mercadería en alta mar, la enfrían y se la llevan hacia Europa o Asia, sin tocar puertos locales. Incluso son abastecidos de combustible mientras realizan su actividad.

"El pescado es transzonal, migratorio, entra y sale de la plataforma argentina a diario. Los tratados internacionales protegen a las especies que viven en el lecho marino. Solamente se permite la pesca con determinado tipo de redes, no el arrastre", sumó Maturana.

El último de los problemas a tener en cuenta es que muchos de los barcos con bandera argentina son, en realidad, propiedad de capitalistas chinos. Ellos son los que deciden qué hacer en alta mar y disponen de tecnología de avanzada para ubicar a los cardúmenes de calamar.

Por las noches el espectáculo de las naves visto desde el aire es tan impactante como devastador. Los barcos brillan intensamente sobre el mar nocturno porque la luminosidad es parte de la técnica de captura: atraen Calamar Illex, una especie migratoria y fotosensible que se refugia bajo el casco para evitar las potentes luces ubicadas sobre la cubierta de los barcos y queda atrapada por señuelos de plástico llenos de anzuelos que se llaman poteras. El Illex es uno de los recursos más emblemáticos del Mar Argentino junto con el langostino y la merluza Hubbsi.

Cabe destacar que la organización ambientalista Greenpeace pudo fotografiar hace pocos días buques frigoríficos en cercanías del Mar Argentino. Se trata de navíos de 150 metros de largo y más de veinte de ancho, capaces de cargar hasta diez mil toneladas de pescado.

Los ecologistas lograron plasmar el momento del trasbordo en alta mar. Según sus propios expertos, este sistema de sobreexplotación del océano se hace fuera del alcance de la mirada de las autoridades argentinas.

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