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California anticipa una arriesgada decisión: prohibirá la venta de autos nafteros y a diésel

El gobernador aseguró que así reducirán 35% las emisiones de carbono del Estado.

California no es un Estado más dentro de la Unión. Se trata de un líder demográfico que suma unos 40 millones de habitantes y es la más poblada de las 50 estrellas que conforman Norteamérica.

Allí, donde la relación entre mayores de 16 años y automóviles es cercano al uno a uno (casi todos tienen su propia unidad debido a las enormes distancias a recorrer), se decidió prohibir a partir de 2035 la venta de nuevos vehículos de pasajeros con motores nafteros, diésel y algunos tipos de híbridos.

El tráfico en Los Ángeles, California (Foto: Pixabay)

El anuncio estuvo a cargo del gobernador Gavin Newsom, quien aseguró que la medida colaborará con reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% en el llamado "golden state".

El plan no prohibirá que los habitantes posean automóviles impulsados con hidrocarburos, sino que pondrá fin a las ventas de todos los modelos nuevos con este tipo de motor.

California representa la quinta economía más grande del mundo. Allí se comercializa uno de cada diez autos que se venden en todo Estados Unidos. 

La intención es que para 2035 solamente los eléctricos, los propulsados por hidrógeno y algunos tipos de híbridos puedan ser comercializados.

La venta de autos eléctricos estará permitida (Foto: Pixabay)

Hasta el momento son alrededor de 15 los países que han formulado compromisos similares incluyendo a Alemania, Francia, Holanda y Noruega.

Combustión interna y contaminación

"Las emisiones de los escapes de los autos, camionetas y camiones de carga son la mayor fuente de contaminación del aire", declaró Jessica Caldwell, directora ejecutiva en el portal de precios de autos Edmunds.com.

Los vehículos que funcionan con gasolina emiten monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y plomo. Mientras, los que utilizan diésel despiden partículas sólidas, hollín, anhídridos sulfurosos (azufre) y humos negros.

Además de contribuir al calentamiento global, este tipo de contaminación afecta a menudo las vías respiratorias de los habitantes. Especialmente a los que viven en las grandes ciudades.

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