Redes sociales alimentan teorías falsas durante desastres climáticos: un riesgo creciente también en Argentina
Un nuevo informe del Center for Countering Digital Hate (CCDH) revela una preocupante tendencia: la difusión de afirmaciones engañosas sobre eventos climáticos extremos, que no solo distorsionan el debate público, sino que también pueden poner en peligro vidas durante crisis.
En un nuevo informe publicado esta semana, la organización Center for Countering Digital Hate (CCDH) denuncia que plataformas como Meta, X y YouTube facilitan la difusión de informaciones falsas sobre fenómenos meteorológicos extremos, poniendo en riesgo la vida de muchas personas.
El impacto del cambio climático en América Latina ya no es solo ambiental, sino también informativo. El fenómeno, aunque documentado en contextos como EE.UU., tiene ecos alarmantes en países como Argentina, donde las inundaciones, incendios y olas de calor van en aumento.
Narrativas falsas en medio del caos
El estudio, titulado Extreme Weather, analiza 300 publicaciones engañosas sobre huracanes e incendios forestales ocurridos entre abril de 2023 y abril de 2025, y documenta más de 221 millones de visualizaciones de contenidos falsos en redes, incluidos la cobertura del huracán Helene y los incendios de Los Ángeles.
Narrativas conspirativas sobre causas artificiales de tormentas y fuegos -desde armas climáticas hasta láseres gubernamentales- surgieron más rápido que las alertas oficiales, alimentando la confusión entre la población. Aunque muchas de estas narrativas se originan en el norte global, circulan rápidamente en América Latina mediante traducciones, videos subtitulados y canales de influencers locales que amplifican este tipo de contenido sin control alguno.
Caso emblemático: inundaciones en Texas
Durante las devastadores inundaciones en Texas del 4 al 9 de julio de 2025, que se cobraron la vida de al menos 130 personas, incluidas más de 20 niñas en un campamento, surgieron rumores falsos de manipulación climática y favoritismo en la distribución de ayuda.
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Entre los responsables de la desinformación, se destaca Alex Jones, cuyas publicaciones en X superaron en visualizaciones a las de diez medios importantes y organizaciones de respuesta de emergencia combinadas, exponiendo una gran brecha entre las fuentes fiables y el contenido engañoso.
¿Y en Argentina?
Argentina ha vivido eventos climáticos extremos crecientes:
Las inundaciones en el Litoral y Buenos Aires en los veranos de 2023 y 2024;
La sequía histórica de la región pampeana entre 2022 y 2023;
Los incendios forestales en Córdoba y el delta del Paraná, que afectaron miles de hectáreas.
Durante estos episodios, grupos en redes sociales difundieron teorías sin sustento: desde incendios intencionales para negocios inmobiliarios, (a pesar de que la ley 27604 prohíbe reutilizar el suelo de los incendios antes de 30 años, incluso de 60), hasta el uso de tecnología Haarp para manipular las lluvias. Muchos de estos mensajes, replicados por cuentas con miles de seguidores, generaron desconfianza en autoridades y ONGs que trabajaban en el territorio.
Fuente: Pixabay
"Cuando hubo inundaciones en Corrientes, muchos vecinos desconfiaban de los mensajes oficiales. Había audios virales diciendo que el ejército no iba a ayudar, o que el gobierno había soltado las compuertas de Yacyretá a propósito", cuenta Luciana Romero, especialista en gestión de riesgos climáticos.
Falta de control y monetización del caos
El CCDH señala que plataformas como Meta y X no etiquetan ni moderan de forma efectiva estos contenidos. En Argentina, algunos influencers y creadores de contenido en YouTube o TikTok -a menudo sin formación científica- acumulan visualizaciones con teorías negacionistas del cambio climático, muchas veces impulsadas por agendas políticas o por búsqueda de clics.
Estas afirmaciones engañosas sobre el clima extremo causan un daño en el mundo real. Cuando la información inexacta se propaga durante una crisis climática aguda, puede confundir a las personas sobre el peligro real en el que se encuentran, poniendo en riesgo sus vidas. La desinformación no solo dificulta la implementación de soluciones climáticas, sino que también tiene un impacto directo en la seguridad de la población.
En la investigación, menos del 2% de las publicaciones falsas fueron marcadas con advertencias o verificación:
Meta: fact-check o Community Notes en solo el 2% de los casos
X: en apenas el 1%
YouTube: ningún video fue etiquetado con corrección directa.
Aunque YouTube aplicó paneles informativos generales en el 59% de los casos, estos no consiguieron desacreditar las afirmaciones engañosas, limitándose a referir a fuentes como la ONU sin desmontar los mitos explícitamente.
Además, algunos generadores de contenido monetizan directamente la desinformación, cobrando suscripciones o recibiendo ingresos por publicidad. El informe revela que el 29% de los videos con información errónea en YouTube mostraba anuncios, incluso en aquellos producidos por personajes como Charlie Kirk, PragerU o Paul Joseph Watson, que acumulan millones de seguidores.
En X, cuentas como la del mencionado Alex Jones con una audiencia masiva (cerca de 14 millones de seguidores) ofrecían contenido exclusivo por suscripción, lo que les permite obtener ingresos pese a publicar desinformación.
Por su parte, en Meta, tres cuentas investigadas aparecían en la lista de "partner-publisher", recibiendo ingresos publicitarios incluso cuando difundían contenido falso sobre ayuda en desastres naturales.
La falta de acción por parte de las plataformas de redes sociales para combatir la desinformación climática tiene graves implicaciones para la seguridad.
Una nueva forma de negacionismo
El informe también introduce el concepto de Nueva Negación Climática: ya no se trata de negar que el cambio climático existe, sino de sembrar dudas sobre sus consecuencias, bloquear soluciones (como la transición energética) o atacar a científicos y activistas.
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Esta narrativa está presente en discursos de ciertos sectores políticos y mediáticos de América Latina que relativizan el rol de las emisiones de gases o desacreditan organismos internacionales como el IPCC. En Argentina, algunas figuras públicas, incluso el presidente de Argentina, han sostenido que el cambio climático "es un invento para sacar plata", discurso que encuentra eco en redes sociales y medios alternativos.
El CCDH exige reformas urgentes. Entre sus recomendaciones, urge a las plataformas digitales a:
Eliminar la monetización de contenidos con Nueva Negación Climática;
Etiquetar de forma clara y en tiempo real las publicaciones falsas;
Colaborar con organismos locales para responder rápidamente durante emergencias.
También propone que los gobiernos -incluidos los latinoamericanos- establezcan normativas que obliguen a las plataformas a rendir cuentas, especialmente en contextos de catástrofes donde la desinformación puede costar vidas.
En un continente donde el cambio climático ya es una realidad palpable, combatir la desinformación digital es una cuestión de seguridad pública. Para países como Argentina, el desafío no es solo adaptar la infraestructura a los nuevos eventos extremos, sino también proteger el ecosistema informativo ante narrativas que siembran miedo, odio y confusión.