Las fiestas de fin de año son sinónimo de celebraciones, encuentros, fuegos artificiales (muchas veces), cambios en las rutinas y comidas fuera de lo habitual. Para las mascotas este período puede convertirse en un verdadero estrés debido al aumento del ruido, las visitas o el acceso accidental a alimentos peligrosos, lo que resulta en un incremento en consultas y urgencias veterinarias.