Energía
Transición Energética

Argentina multiplica sus energías renovables, pero aún está lejos de cumplir las metas que se propuso

En distintas Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), nuestro país se comprometió a "desarrollar el 30% de la matriz energética nacional con energías renovables para el año 2030".

A poco más de seis años de haber planteado la ambiciosa meta de abastecer con energías renovables un 30% de la matriz energética, Argentina no llega a la mitad: apenas un 14% proviene de las eólicas y las solares, según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). Para poder cumplir semejante compromiso se deberían invertir entre 20 mil y 27 mil millones de dólares en el próximo lustro.

Otra promesa también incumplida fue la de crear 1.000 MW de potencia a través de fuentes renovables de generación hogareña, cuyos excedentes se volcarían a la red general.

Mirá también: Argentina quiere lograr una gran expansión de las energías renovables para 2030

Sin embargo, a pesar del balance negativo, se debe reconocer que la potencia instalada con molinos de viento y paneles fotovoltaicos aumentó mucho en los últimos años. Por ejemplo, se multiplicó por siete en apenas seis ejercicios, ya que en 2017 representaba apenas el 2% del total. Dicho crecimiento tuvo como protagonista principal a los aerogeneradores, que pasaron del 23% de las renovables al 75 % actual.

La emisión de GEI del sector energético argentino corresponde a un 0.5% del total emitido a nivel mundial, según datos de Climate Watch. Somos el 31° país del mundo en emisiones, muy por detrás de China (28 % del total); Estados Unidos (14 %); India y Rusia (6% cada una).

Consultado por Carbono.news, el ingeniero Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación, explicó: "La energía es el foco principal de las estrategias de descarbonización. Si vos tenés que poner dos paneles solares en tu casa, bajaría mucho el precio domiciliario. Es importante que se otorguen créditos para financiar pequeñas inversiones que luego se costean solas, gracias al ahorro en las facturas. Además, si una persona tuviera un panel solar y no lo usara, esa energía podría volcarse a la red y cuando llegara el resumen se le descontaría el dinero que aportó".

Apud cree que la transición energética en el país llegará de la mano de centrales térmicas de ciclo combinado alimentadas con gas proveniente de la Patagonia, hasta que, por fin, dejemos de necesitar hidrocarburos.

"Son siete veces más baratas que las centrales nucleares y, además, tenemos suficiente energía de este tipo para mantenernos nosotros, los países vecinos y nos quedaría inclusive un saldo. Dentro de 40 o 50 años ya no se usará más el petróleo. Debemos estar preparados para ese momento y no equivocar caminos como han hecho otras potencias del crudo. Por ejemplo, Venezuela y Nigeria dedicaron durante años sus abultados superávits al gasto corriente. La clave está en los llamados proyectos transgeneracionales. Se trata de inversiones que apuntan al futuro, que le servirán de base a nuestros hijos y nietos".

Esta nota habla de: