En Brasil y Colombia, proyectos de bonos de carbono dejaron en evidencia quiénes ganan y pierden con este mercado. En Colombia, una iniciativa que prometía proteger la selva amazónica nunca cumplió sus objetivos y defraudó a la comunidad. En Brasil, un proyecto que siembra eucaliptos y comercializa créditos de carbono repite un modelo de monocultivo que afecta el agua de toda una población.