Sin un plan, Argentina avanza con una transición energética en manos del mercado, beneficiada por los signos de recuperación económica y moldeada por la ausencia del Estado.
Quien viaja hacia la costa atlántica argentina por la ruta que une Azul, Tandil y Balcarce se sorprende al ver entre las sierras una importante cantidad de gigantescos aerogeneradores.
La generación distribuida promete amortiguar la crisis eléctrica en Argentina. Su crecimiento enfrenta retos como costos altos, infraestructura inadecuada y un contexto económico adverso.