Política
Negociaciones climáticas

‘La COP es el mejor sistema que tenemos, no podemos perder la fe en él'

Mukhtar Babayev, presidente de la cumbre climática COP29 del año pasado, habla con Dialogue Earth sobre los resultados en Azerbaiyán y las expectativas para la COP30 en Brasil

Cuando Azerbaiyán fue sede de la cumbre climática de las Naciones Unidas, la COP29, el año pasado, había grandes esperanzas de que se lograra un avance en la financiación climática, una de las cuestiones más controvertidas del proceso climático mundial.

El resultado fue el compromiso de los países desarrollados de "tomar la iniciativa" en la movilización de 300 000 millones de dólares anuales para 2035, como parte de un objetivo más amplio de desbloquear 1.3 billones de dólares de todas las fuentes de financiación públicas y privadas para ese mismo año. Algunos lo aclamaron como un paso adelante con respecto al compromiso anterior de 100 000 millones de dólares para 2020, pero otros lo cuestionaron por considerarlo insuficiente ante la creciente crisis climática.

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Este año, la COP30 se celebrará en Brasil, con una agenda centrada en la aplicación del compromiso financiero del año pasado y en elevar la vara de la acción climática. Los países también deben llegar a la ciudad anfitriona, Belém, con sus planes actualizados de acción climática, conocidos como contribuciones nacionalmente determinadas (NDC). Esto ocurre en medio de tensiones geopolíticas que están desviando la atención de los países y de un sentimiento de desconfianza por parte de algunos expertos en clima y de la sociedad civil sobre el progreso de las negociaciones climáticas.

 El presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, sostiene que las COP son espacios cruciales para que los países más pequeños y vulnerables al clima sean escuchados en pie de igualdad en las negociaciones de la ONU (Imagen: Ahmed Nayim Yussuf / UNEP, CC BY NC SA)

En una entrevista con Dialogue Earth, Mukhtar Babayev, ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán y presidente de la COP29 -cargo que seguirá desempeñando hasta la apertura de la COP30 en noviembre- reflexionó sobre lo que se ha logrado en la ciudad anfitriona, Bakú, y lo que le espera a Brasil. Sostuvo que la COP29 sentó las bases para ampliar la financiación climática y describió el proceso de la COP como imperfecto pero indispensable, reconociendo la desconfianza entre los países desarrollados y en desarrollo.

Dialogue Earth: En la COP29, muchos observadores calificaron el acuerdo financiero de insuficiente. ¿Cree que el resultado estuvo a la altura de la urgencia de la crisis climática?

Mukhtar Babayev: La presidencia de la COP29 hizo todo lo posible para impulsar a las partes a alcanzar la mayor ambición posible en materia de financiación climática. Cuando los países desarrollados propusieron un objetivo de 250 000 millones de dólares, dejamos claro que tenían que ir más allá, y estamos orgullosos de nuestro trabajo para aumentar esa cifra a 300 000 millones de dólares.

Los 300 000 millones de dólares nunca tuvieron la intención de resolver por sí solos toda la crisis climática. Si las partes, los bancos multilaterales de desarrollo y el sector privado pueden implementar el objetivo completo y aumentar la financiación climática para el mundo en desarrollo a 1.3 billones de dólares al año, entonces será un paso histórico hacia el logro de los objetivos del Acuerdo de París.

La anterior promesa de 100 000 millones de dólares tardó más de una década en materializarse. ¿Por qué deberían los países vulnerables confiar en que los nuevos compromisos financieros se cumplirán realmente?

En nuestros viajes y compromisos de este año, hemos visto que falta confianza en la financiación climática entre los países desarrollados y en desarrollo. Para restablecer esta confianza, debemos aprender las lecciones del compromiso de 100 000 millones de dólares y mostrar ahora los avances realizados en relación con los primeros hitos de la financiación climática.

Esto significa que los países donantes deben duplicar la financiación para la adaptación antes de que finalice este año, tal y como prometieron en la COP26, triplicar las salidas de fondos de las Naciones Unidas para 2030 y que los donantes establezcan ahora cómo contribuirán con su parte de los 300,000 millones de dólares para 2035.

Desde que se alcanzó el objetivo financiero de Bakú el año pasado, la presidencia de la COP29 ha aprovechado todas las oportunidades para colaborar con los países donantes y hacer que todos rindan cuentas de las promesas que hicieron.

La eliminación gradual de los combustibles fósiles fue uno de los temas más controvertidos de la COP29. ¿Influyeron los intereses económicos de Azerbaiyán en el sector de los combustibles fósiles en el resultado de la cumbre?

Como todos los países anfitriones, Azerbaiyán actuó como mediador neutral en las negociaciones de la COP29, trabajando para ayudar a todas las partes a alcanzar el máximo nivel de ambición. En la COP28, el mundo acordó una transición justa, ordenada y equitativa para abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos. En la COP29, queríamos dar los siguientes pasos lógicos en ese camino.

Utilizamos nuestra agenda de acción para abordar las principales lagunas en el enfoque mundial de la transición energética. El compromiso sobre almacenamiento de energía y redes eléctricas de la COP29 estableció un nuevo objetivo para aumentar la capacidad mundial de almacenamiento de energía hasta seis veces por encima de los niveles de 2022, y lanzamos nuevos compromisos sobre zonas y corredores de energía verde, así como sobre hidrógeno limpio.

En última instancia, la COP es un proceso impulsado por las partes y, a pesar de nuestros esfuerzos, estas no pudieron llegar a un acuerdo sobre el Diálogo de los Emiratos Árabes Unidos y el Programa de Trabajo para una Transición Justa. Sin embargo, los textos de la presidencia sobre estos temas han constituido un punto de partida prometedor para las negociaciones de este año, por lo que continuamos desde donde lo dejamos en Bakú.

El tema también es difícil para Brasil, que depende de los combustibles fósiles para sus exportaciones y ha sido objeto de críticas por parte de la sociedad civil por la continua expansión de los combustibles fósiles. ¿Qué papel espera que tenga la transición energética en la COP30?

Nuestra máxima prioridad este año es apoyar a Brasil y colaborar con ellos para que la COP30 sea un éxito. La presidencia de la COP30 ha dejado claro que quiere explorar cómo garantizar una transición energética justa, ordenada y equitativa. Estamos dispuestos a apoyar a nuestros colegas brasileños y a seguir sus directrices y su liderazgo en Belém.

El propio proceso climático de las Naciones Unidas ha sido criticado por ser demasiado lento y estar comprometido por intereses creados. Después de presidir la COP29, ¿cree que el sistema de la COP sigue siendo adecuado para su propósito?

En la COP29 demostramos que el mundo todavía puede ponerse de acuerdo y que el proceso de la COP todavía puede dar resultados. El Objetivo Financiero de Bakú representa el mayor compromiso financiero jamás asumido en un proceso de las Naciones Unidas.

Es cierto que el sistema de la COP no es perfecto y que las tensiones sobre el multilateralismo son mayores que nunca, por lo que deberíamos debatir cómo mejorar el proceso para garantizar que funcione lo mejor posible.

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Sin embargo, la COP es el mejor sistema que tenemos y no podemos perder la fe en él; no debemos perder de vista sus puntos fuertes y todo lo que ya ha logrado. Las COP son un foro fundamental en el que los países más pequeños y vulnerables al clima tienen la misma voz.

Ahora es el momento de proteger y preservar el proceso, y la mejor manera de hacerlo es cumplir las promesas que hemos hecho.

La confianza entre el Norte y el Sur globales sigue siendo frágil. ¿Qué hizo la COP29 para reconstruir esa confianza? ¿Cuáles son los retos que se avecinan?

Está claro que la financiación climática es uno de los componentes clave de la confianza entre los países desarrollados y en desarrollo. En la COP29, establecimos el marco para generar confianza en el futuro de la financiación climática, con el compromiso de que los países desarrollados lideren la movilización de 300 000 millones de dólares estadounidenses para la financiación climática para 2035.

Ahora, debemos garantizar a los países en desarrollo que el mundo cumplirá ese marco, y la mejor manera de hacerlo es alcanzando pronto los hitos de la financiación climática.

Sabemos que los países se enfrentan a retos nacionales e internacionales que compiten por su atención y sus recursos y amenazan con distraerlos de la acción climática. Por eso, estamos trabajando este año para involucrar a todos los que participan en la financiación climática. Así es como nos aseguraremos de que todos sigan centrados en el cumplimiento de los acuerdos que alcanzamos en la COP29 en Bakú.

Los grupos de la sociedad civil se quejaron del acceso limitado y la reducción del espacio cívico en Bakú. Esto también se está debatiendo para la COP30, en medio de los costes de alojamiento y los retos logísticos. ¿Las COP se están volviendo menos inclusivas?

La COP29 fue la segunda reunión más grande de la COP hasta la fecha, con áreas dedicadas a crear un espacio para que la sociedad civil, incluidos activistas, empresas, el público, grupos juveniles, académicos y artistas, se reunieran y hicieran oír su voz. La sociedad civil tuvo una fuerte presencia en Bakú y desempeñó un papel importante a la hora de presionar a todos los negociadores para que adoptaran la mayor ambición posible.

Tenemos plena confianza en Brasil y le brindamos todo nuestro apoyo. Brasil cuenta con un próspero ecosistema de sociedad civil, y el llamamiento de la presidencia brasileña a un "Mutirão global" (un concepto de las comunidades indígenas de Brasil que significa movilización) proporciona un marco importante para aprovechar la energía de las personas y las organizaciones de Brasil y de todo el mundo.

De cara al futuro, ¿cuál es la decisión más importante que debe tomar la COP30 para que el proceso mantenga su credibilidad a nivel mundial?

Los acuerdos históricos alcanzados en la COP29 marcaron el final de la primera década del Acuerdo de París. Ahora estamos entrando en una nueva era, en la que nuestras acciones contarán más que nuestras palabras.

En esta década de cumplimiento, es fundamental que implementemos los compromisos que ya hemos adquirido, lo que incluye, de manera crucial, el cumplimiento del Objetivo Financiero de Bakú y los 300 000 millones de dólares prometidos en la COP29.

*Publicado originalmente en Dialogue Earth

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